13 de mayo de 2008

FECAL y el PAN vuelven a mentir

• Aseguran que no pretenden privatizar PEMEX ni violar la Constitución, y eso es precisamente lo que harían de aprobarse su reforma
• Coinciden en denunciarlos: Cuauhtémoc Cárdenas, Lorenzo Meyer, Ortiz Pinchetti y Beatriz Paredes
• Deleznable defensa del dirigente panista Germán Martínez

Federico Chilián Orduña

Al iniciarse el debate sobre la reforma energética que pretende el espurio presidente Felipe Calderón (FECAL), de inmediato se iniciaron las denuncias sobre sus perversas intenciones.
Cárdenas fue muy claro al sostener que el artículo cuarto de esta iniciativa, de aprobarse, abriría el paso franco para la violación de la Constitución, lo cual, aseveró, “resulta tanto y más grave todavía que reformarla”, y añadió que a través de las reformas propuestas por el Ejecutivo a la ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, se pretende cambiar el marco regulador que actualmente rige a la industria petrolera.
Añadió el ingeniero Cárdenas que el diagnóstico ofrecido por la Secretaría de Energía sobre PEMEX y la industria petrolera presenta una “visión falaz, pretendidamente catastrófica de PEMEX y las actividades que realiza, destacando supuestas ineficiencias y carencias en su capacidad de ejecución, falta de recursos para invertir e indisponibilidad de tecnologías para el trabajo en aguas profundas”.
Sin embargo, sostuvo que el diagnóstico no ofrece “las razones de cómo y por qué se llegó a esta indebida situación”.
El gobierno debió presentar más bien una propuesta de plan de desarrollo, plan de trabajo o plan de negocios de Petróleos Mexicanos y de las industrias petrolera y energética, y señalar con precisión las actividades a realizar, su dimensión y los tiempos de ejecución y los recursos necesarios para ello.
Estableció que proporcionar esta información es obligación del gobierno “y contribuiría de manera positiva al debate petrolero”.
Sostuvo que los objetivos, a su juicio, que deberían asignarse a PEMEX “son los devolver a la industria petrolera y PEMEX mismo el papel de impulsores del crecimiento económico y la industrialización, motores de la formación de capital nacional, proveedores de energéticos baratos para la economía del país, contribuyentes a una balanza de pagos sana, convirtiendo a PEMEX con esa visión en un ente productivo de alcances globales, que obtenga sus ingresos principales de la venta de productos con alto valor agregado, tecnología y capacidad empresarial".
En el mismo tenor se pronunció José Agustín Ortiz Pinchetti, quien señaló que Andrés Manuel López Obrador, sí tiene una propuesta en esta materia y que en su oportunidad la presentará. Asimismo, la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rancel, al defender la posición “nacionalista” que en esta materia siempre ha sostenido su partido, manifestó estar en contra de cualquier intento de privatización de PEMEX, abierta o encubierta.
Por su parte Lorenzo Meyer, reconocido historiador y analista político que es primordial incluir en la discusión de la reforma petrolera tres temas fundamentales: el nacionalismo, la exportación y la participación ciudadana.
En México, dijo, no es posible separar el petróleo del nacionalismo desde principio del siglo XX y refirió que fueron Manuel González y Porfirio Díaz quienes cedieron el derecho de la nación a los privados por una razón muy similar a las aducidas actualmente: el país lo requiere, se necesita inversión para explotar el hidrocarburo.
Por su parte, Germán Paredes, sin mencionarlo se refirió a Andrés Manuel López Obrador a quien acusó de utilizar esta situación para manifestar su resentimiento porque perdió en las urnas, y negó en todo momento que el espurio pretenda privatizar PEMEX o cambiar la Constitución, lo cual es inverosímil.

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