22 de mayo de 2008

Doger malversó el erario: Malpica

• En contubernio con “Cáritas” se benefició de la venta de 100 vehículos del ayuntamiento
• Empleó transportes de la comuna para beneficiar a particulares, sostuvo
Federico Chilián Orduña
El ex rector de la BUAP, Samuel Malpica Uribe junto con su esposa María Eugenia Ochoa atendieron, con la cordialidad que les es costumbre, al reportero en su casa, ubicada en una vecindad en el barrio de Los Sapos y expusieron “solo algunas” de las muchas irregularidades que podrían señalársele al también ex rector de la misma institución, cuando ocupó gracias a su partido el PRI, la presidencia municipal de Puebla.
Malpica Uribe, antropólogo investigador en la BUAP, se refirió al ahora aspirante a la gubernatura del Estado como un funcionario que, como lo hizo cuando fue rector, empleó los recursos públicos para su promoción y enriquecimiento personal, y citó el caso del “donativo” que hizo en las últimas horas de su administración, igual que como lo hizo cuando fue rector, al aprobar los trámites necesarios para formalizar los acuerdos que previamente había tomado con sus predilectos para beneficiarse mutuamente, con cargo al erario, al viejo y tradicional estilo del PRI.
El caso es que el “doctor” Enrique Doger Guerrero, (quien preside un Instituto dedicado a la “alfabetización” del municipio de Puebla, que en realidad es una estructura electoral integrada con la ciudadanía más iletrada de la localidad, -como quien dice, lucrando políticamente con la miseria del pueblo- con miras a postularlo a la gubernatura de Puebla); pactó con el grupo clerical católico apostólico romano denominado Cáritas, sucedáneo de la Iglesia Católica y beneficiario distinguido del Consejo Coordinador Empresarial, un convenio mediante el cual él entonces alcalde les donaría 100 vehículos usados, verdaderas “carcachas”, para que hicieran con ellas lo que a su buena fe les conviniera, pero sucedió que los directivos del grupo Cáritas, “optaron” por pedirle al señor presidente municipal, que él los pusiera a la venta y les diera en efectivo el importe de la misma, no importándoles cuanto fuera, de cualquier modo, a caballo regalado no se le ve colmillo, dijeron o pensaron, de todos modos vénganos a tu reino lo que caiga es bueno, y así el catoliquísimo Enrique Doger Guerrero, que no falla en asistir a misa cada domingo y tomar la comunión junto con toda su familia, aceptó de buena ganar hacer esa “transferencia” y así fue como sucedió que firmaron un recibo de dinero en efectivo, y no de los 100 vehículos que hubieran tenido que almacenar no sabe Dios en qué lugar, y el buen samaritano de don Enrique Doger Guerrero, cuasi dueño del periódico Cambio a través de su testaferro el Sr. Coghlan, quedó muy bien con sus potenciales electores, para que siga “sirviendo a Puebla”. ¡Que a toda madre! Exclamó el sapito.
Ambos ex rectores, que (cuando eran estudiantes de preparatoria, este humilde reportero se ganaba la vida como coordinador del programa de formación de profesores de la UAP, que aún no era BUAP, porque esa nació después, durante el velezato, y además era maestro del Colegio de Psicología de la misma institución,); han contendido políticamente desde hace varios lustros, directamente y a través de interpósitas personas, representando las dos tendencias políticas hegemónicas que caracterizaron a la institución durante la década de los ´80 y los ´90, mismas que se caracterizaron por una bipolaridad que le dio en la madre al proyecto histórico de la UAP que forjaron Enrique Cabrera, Joel Arriaga y otros, tiempo durante el cual, este reportero, transitó en una vía alterna y hasta le fecha, por lo que cuenta las cosas de manera necesariamente imparcial.
Sucedió pues que nunca sabremos, a menos que la Comisión transitoria de entrega recepción lo investigue “como Dios manda”, cuales fueron esos 100 vehículos, de qué marca, modelo, número de motor, etc., porque con las prisas de que se hiciera efectivo el trato, ya nomás dio tiempo para entregar el dinero, y recibir el consabido “gracias señor presidente, que Dios se lo pague y lo bendiga”. Toda esa información está en el “limbo” en espera de que doña Blanca, o algún Moreno… Valle interés, se vaya al fondo del asunto y deje las cosas en claro “precioso”, sin mayores alusiones.
Además, no contento con lo anterior, el acelerado suspirante a gobernador y a últimas fechas aprendiz de periodista, ordenó que los transportes asignados a la dirección de desarrollo urbano del ayuntamiento a su cargo, limpiaran y acondicionaran el predio de uno o una de sus predilectos o predilectas, para construir el segundo o tercer frente, e ir estableciendo el imperio donde todo mundo diga ¡alabado sea Dr. Dóger!, ubicado en la colonia San Manuel, cuya foto se adjunta a la nota, y todo el aparato del ayuntamiento se pusiera a disposición de un particular. Lo dicho: al viejo, tradicional y, como dijo el diputado Janeiro, PRImitivo estilo del PRI.
Con todo, aseguró el maestro Malpica, según la mininota del diario matutino Cambio, esto “hunde” al médico Enrique Doger. Ya veremos y diremos.

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