4 de noviembre de 2007

La BUAP oyó mis propuestas: Fede Chilián

Las presente ante el Consejo Universitario en el salón Barroco
Se transmitió por Radio BUAP y acudieron estudiantes de diversas escuelas

Federico Chilián Orduña

El último de los candidatos a la presidencia municipal de Puebla, porque “los últimos serán los primeros”, que se presentó en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, fue el que esto escribe, Federico Chilián Orduña.
Con la presencia del rector Mtro. Enrique Aguera Ibáñez del secretario general Dr. José Ramón Eguibar Cuenca, ayer di lectura a un documento de ocho cuartillas que transcribo a continuación:
Maestro Enrique Agüera Ibañez
Rector de nuestra Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Doctor José Ramón Eguíbar Cuenca,
Secretario general de la BUAP
Señoras y señores consejeros
Compañeros universitarios

Me siento muy honrado de poder dirigirme a ustedes para exponerles las propuestas del gobierno municipal que aspiro a presidir representando al Partido Alternativa Socialdemócrata.

Para esta exposición he considerado pertinente dividirla en los siguientes apartados: 1. bosquejo histórico del municipio de Puebla, 2. marco jurídico que lo rige y determina, 3. Mi trayectoria del candidato; 4. Propuestas de gobierno; 5. Conclusiones


1. Bosquejo histórico

Para comprender la problemática actual que nos afecta a los poblanos, es necesario analizarla en su perspectiva histórica y partir de la comprensión de los motivos que le dieron origen y la han desarrollado hasta lo que es en la actualidad. Distinguiendo en ello tanto los aspectos urbanos como los de su población y las contradicciones políticas e ideológicas que se han registrado en las diversas etapas de su historia.

Para los enfoques meramente pragmáticos y funcionalistas pudiera no requerirse hacer este recorrido pues no se proponen corregir las causas sino apenas controlar sus efectos y, en ese sentido, las medidas remediales nunca llegan a corregir el todo y se conforman con rectificar las partes. Pero, para quienes, como su servidor, nos ubicamos en la postura de la socialdemocracia lo que sucede en Puebla, como lo que ocurre en cualquier parte del mundo, sólo puede comprenderse si se analiza desde sus orígenes y en su desenvolvimiento histórico.

Consecuentemente, me permito señalar lo que los economistas llaman “información dura”.

Un dato poco conocido a pesar de la magnitud de su trascendencia en el proceso histórico de nuestra nación es el hecho de que el 4 de mayo de 1493 el Papa Alejandro VI, mediante sus demenciales Bulas de donación, concedió en propiedad a los reyes de Castilla, León, Granada y Aragón en la península Ibérica –hoy España y Portugal–, Fernando e Isabel, en nombre de Dios y a perpetuidad, todas las tierras descubiertas y por descubrir, al norte, al sur, al este y al oeste del territorio descubierto, apenas 7 meses después de que el genovés Cristóbal Colón lo hubiese descubierto.

Con tal disposición se inicia una guerra de resistencia que concluye en 1521 con la caída de la Gran Tenochtitlán, a partir de lo cual se inicia el periodo colonial bajo el régimen esclavista e inquisitorial.

Diez años después, los frailes Julián de Garcés y Fray Toribio de Benavente, Motolinía[1], inician gestiones para construir una ciudad que le dé albergue a los españoles ociosos que se ocupaban únicamente de violar y abusar de las y los indígenas, a quienes, con suma facilidad, asesinaban[2].

Luego de considerarse la necesidad planteada se consideró pertinente su ubicación en el valle de Coetlaxcoapan, lugar donde cambian de piel las víboras, en medio de los ríos San Francisco, Alseseca y Atoyac. Fue así como los clérigos mencionados –que no los ángeles, como afirmó la candidata del PRI, Blanca Alcalá, durante el debate– efectuaron los trazos iniciales con la concepción de ubicar a la Catedral y a la sede del gobierno con orientaciones divergentes para evitar que se mezclaran los eventos religiosos con los civiles y profanos. El acceso principal de la Catedral da hacia el poniente y el Palacio Municipal hacia el sur. Como si hubiese una idea de laicidad no expresa textualmente sino a nivel urbano.

Fueron albañiles, procedentes de Tlaxcala, Huejotzingo y Cholula, principalmente, quienes, haciendo sus viviendas rústicas en lo que ahora son los barrios de Analco, Xanenetla y Xonaca, se dieron a la tarea de construir los espléndidos edificios coloniales en manzanas rectangulares en la mayoría de las cuales se edificó una iglesia.

Fue en 1578 cuando se dieron los primeros pasos para la fundación de lo que ahora es la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y, en sus inicios, el Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús.

De nueve millones de indígenas que se estima existían a la llegada de los conquistadores, a la consumación de la Independencia en 1821 se calculan únicamente 300 mil en todo el territorio mexicano. Este dato, por sí solo, da una idea de la forma como se ejerció el poder durante la Colonia. El resultado, pese a los sufrimientos sacrificios de los conquistados, es de gran belleza, emblemática de la dominación española.

A estas alturas, la ciudad de Puebla contaba con una población de 40 a 60 mil habitantes, entre la arraigada y la flotante. Los once años que duró la guerra de independencia detuvieron el crecimiento poblacional e incluso se redujo el número de habitantes.

Podemos notar que de principio a fin de este periodo de tres siglos, los protagonistas principales son clérigos, y es de la Iglesia donde surgen las primeras expresiones liberales que definirán nuestra identidad nacional. Miguel Hidalgo, José María Morelos y Mariano Matamoros, como los más destacados de lo que finalmente conoceremos como corriente liberal, en franca rebeldía contra la expresión conservadora.

De entonces a la fecha siguen siendo liberales y conservadores los que se disputan el poder político. Identificar a unos y a otros es fundamental para decidir de qué lado nos ubicamos.

Al erigirse Agustín de Iturbide emperador de México traiciona las aspiraciones liberales y su asunción al trono es respaldada por los conservadores de Puebla. Es aquí donde le convidan los primeros chiles en nogada que salen a la opinión pública.

Con la intervención norteamericana, los conservadores, asociados al brigadier Santa Anna, malbaratan más de tres cuartas partes de territorio nacional cediendo en una ridícula suma al gobierno estadounidense los estados de Arizona, Nuevo México, Alta California y Texas.

Al llegar el periodo de la reforma, la situación del país es tan caótica que el presidente Benito Juárez se ve obligado a declarar una moratoria al pago de la deuda nacional, lo que provoca la reacción violenta del imperio de Napoleón III, quien decide invadir este país. Una vez más los conservadores de Puebla reciben con misa, bombo y platillo a los invasores franceses y, en cambio, rechazan con despotismo y displicencia al general Ignacio Zaragoza y a sus tropas, lo que los obliga a pernoctar en la vecina localidad de Amozoc en vísperas de la histórica batalla del 5 de mayo de 1862. La ciudad, en estos años, no ha cambiado significativamente respecto de la que pudiera verse al término de la Colonia.

El Pofiriato, que en sus inicios se manifiesta liberal, tan pronto como se consolida es atrapado por los intereses clericales, quienes aprovechan la agonía y muerte de su primera esposa para forzarlo a que abjure de cumplir la Constitución de 1857 y las leyes de Reforma, so pena de irse al infierno por haber tenido descendencia con su prima sin haberse casado como la Iglesia lo dispone. El resultado de esta situación arroja más del 90% de analfabetismo en la República.

Sin embargo, paradójicamente, es en el último lustro del Porfiriato que Puebla adquiere la categoría que la va a distinguir en el contexto nacional. Bajo la presidencia de Francisco de Velasco se coloca el primer alumbrado público eléctrico, el pavimento y embanquetado de las calles principales, se colocan los arbotantes de cinco globos en el zócalo y las calles principales, se comienza a construir el Palacio Municipal que conocemos actualmente y el mercado La Victoria; se funda la Cruz Roja y el presidente Velasco dirige el diario La Crónica. Francisco de Velasco será el único presidente que se reelige en 6 ocasiones, cuando el periodo de gobierno era de un año.

A partir de 1937 y hasta 1945 los periodos de gobierno municipal son de dos años. De 45 a la fecha son de tres. En esta etapa han sido 23 los presidentes municipales y estamos por elegir al número 24 de esta fase.

En 1961 la ciudad contaba con alrededor de 250 mil habitantes. Su extensión llegaba hasta la colonia Chula Vista y Gabriel Pastor por el lado Sur; hasta San Antonio por el lado Norte; hasta la colonia América por el Oriente y hasta Santiago y La Piedad por el Poniente. En este año se suscita el movimiento de Reforma Universitaria más importante que ha experimentado nuestra Máxima Casa de Estudios en toda su historia.

En este mismo año visito a mis amigos Enrique Cabrera y Zito Vera que fueron recluidos en el penal de San Juan de Dios por encabezar un movimiento estudiantil que sólo buscaba el exacto cumplimiento del artículo 3º constitucional, haciendo énfasis en los ordenamientos plasmados en la fracción primera, que afirma que “la educación que imparta el Estado será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”[3]; y en la fracción segunda que establece que el criterio que orientará a esa educación “se basará en el progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, la servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”[4].

En 1968, el 14 de septiembre, un hecho espeluznante enluta el hogar de cinco trabajadores universitarios. Ellos son víctimas de la violencia desatada por el cura de San Miguel Canoa, quien azuza a la comunidad para que linche a nuestros compañeros con el pretexto de que son comunistas, enemigos de la familia. Unos días después, el presidente poblano Gustavo Díaz Ordaz, distinguido Caballero de Colón, ordena la peor masacre en contra de las legítimas aspiraciones estudiantiles y ocurre lo que todos sabemos el 2 de octubre.

La década de los 60 convulsiona a la ciudad y bajo la presión estudiantil, íntimamente vinculada a la protesta social, cae el gobernador Antonio Nava Castillo, quien es relevado por el interino Aarón Merino Fernández, que atrae a la industria automotriz Volkswagen, entuba el río San Francisco y lo convierte en boulevard, conviene con la federación la construcción de la autopista y atempera las relaciones entre la universidad y el gobierno. La ciudad experimenta un despegue industrial y de servicios con el que recupera buena parte del tiempo y el patrimonio perdidos.

Sin embargo, en la década de los 70, de nueva cuenta las relaciones entre el gobierno y la universidad sufren un grave deterioro. El doctor y general Rafael Moreno Valle, impuesto por el presidente Díaz Ordaz, y Gonzalo Bautista O’farril son depuestos del ejecutivo luego de verse involucrados en sangrientos atentados entre los que destacan la matanza de los campesinos de Huitzilan de Serdán, la golpiza al periodista Manuel Sánchez Pontón y los asesinatos de Joel Arriaga Navarro, con quien compartí despacho cuando estudié arquitectura, y Enrique Cabrera Barroso, además de otros estudiantes y maestros universitarios.

A todo lo largo de este trayecto podemos distinguir con toda claridad las expresiones conservadoras y liberales que se han manifestado en la vida de Puebla. Hoy, de nueva cuenta, se enfrentan los intereses conservadores contra los liberales. Del lado conservador se ubican mis seis adversarios y, en el sitio liberal y progresista, únicamente el que les habla. Todos los demás son proclives a ignorar el estado laico hasta el punto de haber autorizado que en esta noble institución se le otorgara indebidamente el doctorado Honoris Causa al arzobispo Rosendo Huesca y Pacheco.

Hoy la ciudad tiene más de millón y medio de habitantes. Su extensión hacia el Sur rebasa ya la 205 poniente; hacia el Norte colinda con Tlaxcala; hacia el Poniente con Cholula y hacia el Oriente con Amozoc. La población ha crecido seis veces su tamaño con respecto al que tenía a finales de los 70 y los servicios públicos municipales apenas han crecido el 2.5% en el mismo periodo.


2. Marco jurídico

Al tomar posesión el presidente municipal, protesta cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución del Estado Libre y Soberano de Puebla, así como la Ley Orgánica Municipal. Dichos textos, si bien tienen carácter de norma, no se limitan a esa condición. Son también proyecto y aspiración. En el artículo 37 de la Ley Orgánica Municipal, se establece, en la fracción II, que es obligación de los habitantes del municipio recibir la educación básica en la forma prevista por las leyes y conforme a los reglamentos y programas aplicables.

Las facultades y obligaciones de los presidentes municipales comprenden 61 apartados. Hubiera bastado que los presidentes municipales de por lo menos los últimos diez periodos cumplieran con ellas para que no padeciéramos los problemas que ahora nos afectan. En seguida, en el capítulo XI se contempla la planeación democrática del desarrollo municipal y, en 13 artículos, se precisa cómo ha de elaborarse el Plan de Desarrollo Municipal, lo cual tampoco se ha efectuado, ya no digamos por las últimas diez, sino por las cinco más recientes, a quienes directamente compete el cumplimiento de esta ley pues ha estado vigente desde entonces.

Más adelante, en el artículo 150, se señalan los renglones a los que debe estar destinado el gasto municipal y, en primer lugar, se coloca a la educación pública, lo cual han soslayado los ayuntamientos del PRI y del PAN, en colaboración con el PRD, que ha legitimado sus decisiones.

Posteriormente, en el capítulo XIX se establecen los mecanismos para integrar los Consejos de Participación Ciudadana, que en la actualidad existen sólo de manera decorativa en el ayuntamiento que preside Enrique Doger, con Francisco Sánchez Díaz de Rivera a la cabeza, hermano del candidato del PAN.

Los reglamentos municipales que existen en la actualidad están muy desfasados respecto de la Ley Orgánica Municipal vigente; la mayoría son obsoletos y no encuadran con el marco jurídico en vigor.


3. Propuestas de gobierno

Para corregir los graves desequilibrios urbanos y económicos, así como la enorme desigualdad social, la pobreza y la marginación que se observan en la actualidad, propongo en primer lugar el Programa –emergente- para el Abatimiento del Rezago Educativo, con la finalidad de brindar educación básica a las más de 310 mil personas que carecen de ella, con el concurso de los más de 100 mil jóvenes que estudian estudios de nivel superior en la universidad y los tecnológicos públicos, y las instituciones privadas.

Puesto en marcha este programa, estarán dadas las condiciones para impulsar la dotación de servicios públicos municipales, la generación de proyectos productivos, familiares y comunitarios, promover la autogestión, atender la inseguridad y con ello mejorar la convivencia entre todos los habitantes de la ciudad.

Para la implementación de este programa, será preciso credencializar a todos los involucrados y, con ello, a todos lo habitantes de Puebla, para ubicarlos en función del cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y facilitar su acceso a los derechos que les confiere ser habitantes de este municipio.

De la mano de este programa propongo el de la Seguridad Integral (PSI), que atenderá la seguridad pública, la seguridad social, la seguridad económica y la seguridad jurídica de los habitantes del municipio, a través de los Consejos de Participación Ciudadana.

Para que esto funcione es necesario fortalecer las relaciones del municipio con los gobiernos estatal y federal. Asimismo, afianzar los vínculos con las ciudades de todo el mundo que son, como Puebla, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Así promoveremos intercambios culturales y comerciales, que atraigan capitales, detonen el turismo y favorezcan la inversión industrial.

Con educación y seguridad protegemos y enaltecemos a nuestro capital más importante: la gente.

El reclamo más sentido que he escuchado ahora en mi recorrido de campaña, es el mismo que me hicieron hace seis años, cuando también fui candidato a la presidencia municipal, pero ahora lo escucho con más intensidad: acabar con la corrupción.

Para que esto sea posible no bastan las buenas intenciones, es necesario crear los mecanismos que lo hagan realidad.

Propongo la creación de una Contraloría Social, adicional a la institucional, formada por representantes ciudadanos en tres sectores: el académico, el productivo y el social; con plenas facultades legales para vigilar y verificar todos los movimientos de la administración municipal.

El pueblo mantendrá el poder para evaluar de manera permanente el trabajo del ayuntamiento, y tomar las medidas necesarias para que se ejecute con eficiencia y honradez.

Frente a las divergencias políticas que se observan a nivel nacional, estatal y local, propongo alejarnos de pugnas estériles e integrar un Gobierno Plural Incluyente (GPI) en el que participen los mejores hombres y mujeres, aquellos que tengan la preparación académica, la experiencia laboral y la solvencia moral que los acredite, sin importar su preferencia política, sin privilegios ni exclusiones, y así sumemos voluntades en la causa que nos es común: Puebla, la casa de todos nosotros.

Dejemos a las cúpulas del PRI, el PAN y el PRD que arreglen sus asuntos, saquemos al municipio de Puebla del escenario de la polarización y aprovechemos el talento de las mujeres y los hombres que están en la base, los trabajadores.

Una Contraloría Social y un Gobierno Plural Incluyente, forman las dos partes de la pinza con la que detenemos la corrupción y optimizamos los recursos para mejorar nuestra economía.

Ahora, para que los avances de la administración sean evidentes cada día, es preciso que se difundan en vivo las sesiones del cabildo, con la posibilidad de que los ciudadanos cuestionen al presidente municipal, vía Internet, sobre cualquier punto de la orden del día y reciban respuesta oportuna. Hacer ruedas de prensa y audiencias públicas todos los días e informar mensualmente el balance financiero de la tesorería. Es posible una Administración Transparente y al Día (ATD)

Con un gobierno así, propongo: Rescatar a los niños de la calle, enviarlos a la escuela, procurarles alimentación y albergue. Proteger a las madres solteras, a las personas con capacidades diferentes y preferencias distintas, aprovechar la experiencia de los adultos mayores, el ímpetu de los jóvenes y estimular su creatividad; garantizar el respeto a los derechos sexuales y reproductivos. Promover la cooperación entre los factores de la producción y armonizar la relación entre posiciones divergentes.

No todos los partidos ni los candidatos somos iguales, mi propuesta es que el gobierno quede en las manos de todos los ciudadanos.


4. Conclusiones

He mencionado las cinco propuestas que son eje de la administración municipal que planteo, las cuales no descartan la incorporación de aquellas propuestas que sean viables técnica, financiera, social y políticamente que hayan mencionado mis contendientes pues, a final de cuentas ellos también son ciudadanos y es factible que algunas de ellas sean racionales y necesarias.

El papel fundamental de esta propuesta la desempeñan los ciudadanos organizados en gremios, organizaciones y sectores, destacándose la participación de la gente mejor preparada para encauzar las acciones colectivas.

La socialdemocracia es la alternativa más convincente al modelo neoliberal imperante, porque, sin violentar las estructuras, procura corregir los excesos que se derivan de una economía que privilegia a las fuerzas del mercado y soslaya la importancia de la organización social.

Esta alternativa no se reduce a un mero planteamiento ideológico sino que aterriza en programas realistas, flexibles y operativos, alejados de burocratismos y esquemas rígidos y onerosos.

Si las ideas y las razones son las que deben determinar quién deba presidir el ayuntamiento de la ciudad, debe considerarse que la socialdemocracia es la respuesta inminente que tienen los pueblos para resolver sus problemas comunes.

Y si este país, este estado y este municipio se han construido sobre la base de un proceso dialéctico entre las fuerzas conservadoras y liberales que se han disputado la dirección política, tenemos que concluir y decidir a cuáles de estas dos fuerzas hemos de pertenecer cada uno de nosotros.

Formalmente existen siete opciones, pero ideológicamente sólo hay dos, la conservadora de prácticas viciadas, en seis variantes, y la liberal progresista que representa Alternativa Socialdemócrata.

Son conservadores quienes ven al municipio como una isla, divorciada de los proyectos del estado y de la federación, de los principios partidarios, y de los horizontes nacionales, sólo lo ven como un botín y acarician la idea de retomar su poder para recuperar la inversión en su dispendiosa campaña de marketing político.

Son conservadores quienes desean mantener las cosas tal y como están: mal para nosotros, bien para unos cuantos. Quienes han mentido tanto que han convencido a muchos de que la democracia es sólo una palabra sinsentido que los políticos usan para tomarnos el pelo. Que vivir en la ciudad que anhelamos no es más que un sueño imposible.

Frente a esta embestida de estado, para instalar de nueva cuenta la misma receta ineficaz, dogmática y prejuiciosa que padecemos, hay una gran alternativa, la Alternativa Socialdemócrata.

La Alternativa Socialdemócrata no comulga con quienes pretenden acabar con el Estado laico, protegen la pederastia clerical y civil, atropellan garantías individuales, derrochan nuestros impuestos en limpiar su imagen y pisotean con sobrada frivolidad el texto y el espíritu de nuestra Constitución.

La Alternativa Socialdemócrata no manipula la fe del pueblo, porque es respetuosa de todas las creencias. El Partido Alternativa Socialdemócrata rechaza pensamientos únicos, absolutistas, totalitarios o despóticos; la gran alternativa liberal reconoce el valor de la tolerancia y alienta la unidad en la diversidad.

La oferta política de Alternativa Socialdemócrata pudiera parecer un sueño imposible en una sociedad tantas veces engañada, con tanta pobreza y marginación, sin embargo, en las manos de los votantes está la decisión de seguir igual o corregir el rumbo que debe tomar nuestra ciudad.

Restauremos nuestra casa, Puebla la casa de todos, hagamos de ella una ciudad en la que nos sintamos seguros, tranquilos, hagámosla que funcione, que brille en todo su esplendor, que se ubique en el contexto internacional, que reciba con la amabilidad que la distingue a toda la humanidad que la visite en cualquier forma.

La socialdemocracia es la gran alternativa para elegir a un gobierno inteligente, comprometido con la gente.

[1] Cfr. Pedro Ángel Palou Pérez, Crónicas de la fundación de Puebla
[2] Cfr. Enrique Semo, Historia del capitalismo en México
[3] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[4] Ibidem.

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