9 de septiembre de 2007

Demagogia y derroche en las campañas del PAN, PRI, PRD-PC, PT

Los candidatos prometen bajarse el sueldo, como si este fuera la causa del enriquecimiento desmedido de los gobernantes
Se promueven como productos del mercado y actúan como simples marionetas del espectáculo político

Federico Chilián Orduña

Los candidatos a la presidencia municipal de esta capital, del PAN, PRI, PRD-C, y PT, pretenden ganarse la confianza de los electores haciendo promesas pueriles, mostrando sus dotes para manejar herramientas, recurriendo a notarios y ofertando sus supuestas cualidades personales como la razón para votar a su favor, todo lo cual cae dentro de la demagogia y el derroche que ofende la dignidad ciudadana. Veamos a cada uno:
Antonio Sánchez Díaz de Rivera, prominente miembro del Yunque y candidato del PAN, no oculta la arrogancia que lo caracteriza, típica de los alcaldes panistas, y sostiene que sólo estará 2 años en la presidencia municipal, porque al 3° buscará la gubernatura del estado. Luego, con la misma soberbia toma un rastrillo, tapa uno de los millones de baches de la ciudad, cambia un foco y sonríe frente a la cámara en espera del aplauso del respetable público.
Díaz de Rivera revela que no sólo es un fanático del maridaje religión-política, por lo cual milita en la organización a quien se atribuyen los asesinatos de Joel Arriaga, Enrique Cabrera y otros universitarios, sino sobre todo es un fanático de sí mismo, un ególatra que seguramente al verse en el espejo, tocándose la papada, ha de decirse algo parecido a lo que decía la bruja del cuento, y con esas dotes, mostrando su dedo pulgar en carteles mochos, vive creyendo que los poblanos ya decidieron que él sea su alcalde, porque además cuenta con el apoyo del “preciso” Calderón, y sólo por eso, ayer en el partido de fut bol regaló más de 20 mil playeras. Lo dicho: demagogia y derroche.
Blanca Alcalá Ruiz, se gasta en menos de una semana, lo que se ganaría de sueldo en los 3 años como presidenta municipal, nada más en colocar su foto gigante por todos los rumbos de la ciudad, luego, a la semana siguiente, con un nuevo “luc”, otro tanto igual para tratar de convencer a los poblanos que Blanca, efectivamente, es blanca. El color de su piel parece definitivo en su oferta política. Al ritmo que va, podría gastarse más de 100 millones de pesos nomás en publicidad evidente.
Luego, la candidata del llamado “gober precioso”, muy modosita, acude a un notario público para dar testimonio de que ella sí estará los 3 años en la presidencia municipal, así nomás como para contestar la pelota que lanzó el contrincante del PAN y meterse en su juego. Como si la ley y el voto no fueran suficiente mandato para cumplir. En suma, más demagogia y más derroche.
El candidato del PRD-C, Samuel Malpica Uribe, asegura que él se reducirá el sueldo en un 75%, de este modo no percibirá los 80 mil pesos que –dijo- gana el presidente municipal, sino que se conformará con 20 mil, porque el “no pretende hacerse rico con la presidencia”. Como si la fortuna que tienen Enrique Doger, Luis Paredes, Mario Marín, Gabriel Hinojosa, Rafael Cañedo, Marco Antonio Rojas y Guillermo Pacheco, sea producto del sueldo que tuvieron como alcaldes de la ciudad, y no de las pingues ganancias obtenidas del erario al amparo del partido que los cobija.
Sorprende que el ex rector Malpica, haga estas promesas en vez de referirse, por ejemplo, al proyecto de AMLO, cuando gobernó el Distrito Federal, buena parte de lo cual podría aplicarse en Puebla, o a lo que está haciendo actualmente, que es muy debatible, porque con su promesa de bajarse el sueldo sólo distrae y confunde al elector.
Parece que el maestro Malpica aún está inmerso en la emoción de haber sido el “elegido” (de Leonel Cota), aunque alguno de sus críticos dice que su candidatura salió del PRI, gobernación y la BUAP, lo cierto es que después del juicio sumario que hizo del PRD, el buen Samuel se aisló del partido que lo postula. A final de cuentas su oferta resulta irracional. ¿Quién va a querer votar por un partido que el mismo que lo abandera asegura que es corrupto? Más demagogia y más derroche, en este caso, de palabras vanas que son un violento bumerán para quien las pronuncia.
Gabriel Hinojosa Rivero en eso de hacer promesas se vuela la barda al sostener que ninguno de sus regidores cobraría un solo centavo, seguramente porque nadie lo necesita, todos ellos son riquillos y pueden prescindir de su salario, al fin que sus empresas, proveedoras del ayuntamiento, les dan mucho más que eso para fijarse en nimiedades.
Este sujeto, postulado por el Partido del Trabajo desvaloriza el trabajo, y la función del regidor la reduce a un mero acto protocolario, honorífico, de validar, levantando el dedo, las decisiones del presidente.
Olvida Hinojosa que no es el presidente quien le paga a los regidores sino el pueblo y por ello les puede exigir que cumplan con su trabajo, de lo contrario ¿cómo justificar la exigencia? El problema es que Hinojosa, en el puesto de presidente, se asume como el patrón de su empresa.
Hinojosa, con su cabeza inclinada hacia un lado, se presenta como el candidato de un partido marxista leninista maoísta íntimamente vinculado al movimiento comunista internacional, en el que él no cree ni el bendito, ideológicamente es su acérrimo enemigo, pero como los jerarcas del partido y el candidato, ya ven a la política como un simple negocio en el que los principios no cuentan, se presentan como si los poblanos no se dieran cuenta de eso. Abundante y pura demagogia y derroche de estulticia.
En cambio, Federico Chilián Orduña, candidato del Partido Alternativa Socialdemócrata, yo mismo, “Fede” para los amigos, propongo que no sólo exista la contraloría institucional señalada en la normatividad, sino que además, por acuerdo de cabildo se cree una contraloría social colegiada integrada por profesionales de la administración pública propuestos por las universidades, tecnológicos y las instituciones de educación superior, públicas y privadas, con todas las facultades para acceder a la información que se requiere para validar la gestión pública.
Yo no ofrezco quitarle ni reducirle el sueldo a nadie, porque los trabajadores necesitan digna remuneración y los ciudadanos necesitan que devenguen el salario; se harán los ajustes que se requieren para eliminar puestos innecesarios de confianza, se reforzará la automatización de procesos para optimizar recursos humanos, técnicos y financieros, se observará un criterio de austeridad republicana y nadie tendrá posibilidad de obtener dinero adicional a sus legítimas remuneraciones, procedente del erario.
Erradicar la gratificación encubierta, mordida o soborno, depende no sólo de los servidores públicos, sino de los ciudadanos, y es resultado de una cultura que sólo se puede generar cuando la autoridad pone el ejemplo y la gente lo reconoce.
Para acabar con la corrupción, no basta con proponérselo, es necesario crear los mecanismos para evitarla, y hasta el momento el único candidato que los ha propuesto es el que esto ha escrito.
A la propuesta que alguien hizo de que se difundan por televisión, radio y prensa escrita las sesiones de cabildo municipal, yo agrego que en dichas trasmisiones, todos los regidores, incluyendo al presidente municipal, estén en condiciones de responder vía telefónica y por Internet las preguntas que formule la ciudadanía, para que los regidores efectivamente hagan su trabajo de atender las demandas ciudadanas.
El pueblo es el que manda. El presidente y los regidores no son más que ejecutores de su voluntad. En el pueblo hay ricos y pobres, pero son muchos más los pobres que los ricos. En esta elección hay 7 opciones. Los ricos tienen para escoger entre 6, los pobres sólo una, si votan a favor de sus intereses, votarán por el Partido Alternativa Socialdemócrata, no hay más, Federico Chilián Orduña, será presidente y una nueva era de entendimiento entre ayuntamiento y ciudadanos será inaugurada en Puebla, si no, tendrán más de lo mismo. La gente seguirá lamentándose y muchos dirán con justificada razón ¡qué asco!

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