12 de julio de 2007

La Iglesia Católica junto con el PAN, van por todo


Acabar con el Estado laico su gran objetivo
E instaurar una tiranía teocrática que nos regrese al siglo XIX, la meta

Federico Chilián Orduña

La Iglesia Católica Apostólica Romana, la organización criminal más peligrosa del mundo, con su aliado natural, el Partido Acción Nacional, no conforme con las reformas constitucionales de 1992 que, gracias al usurpador Carlos Salinas de Gortari, les concedió reconocimiento como asociación religiosa y les permitió su ingreso a la vida política nacional, ha resuelto darle otra vuelta de tuerca al proyecto reaccionario salinista, y con el espurio Felipe Calderón, el terrible FECAL por delante, se proponen regresar al país a los tiempos previos a las Leyes de Reforma y a la Constitución de 1857, época en la que ella era la principal fuerza que decidía los destinos nacionales.
Cuando el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, refiere en su libro “La mafia nos robó la presidencia”, identifica a una serie de personajes encabezados por Carlos Salinas y Vicente Fox, como los artífices intelectuales del fraude electoral y señala como protagonistas destacados en esa labor a Elba Esther Gordillo, Luís Carlos Ugalde, Manuel Espino, Mario Marín, Hildebrando Zavala y otros cabecillas de la política, pero deja en segundo término al más importante promotor del fraude electoral: el clero católico, quien no sólo hizo campaña desde los púlpitos a favor de un partido (el PAN) y de un candidato (FECAL), sino que se valió de todas las argucias a su alcance para satanizar al candidato de la izquierda (AMLO) haciendo causa común con Televisa TV azteca, los banqueros y los empresarios que financiaron la guerra sucia en la que se descalificaba a AMLO como un “peligro para México”.
En este momento los súbditos del Vaticano ya cuentan con un paquete de iniciativas de reformas constitucionales que los mismos funcionarios del gobierno espurio les han confeccionado. La idea es liquidar los artículos 3°, 24° y 130°, para acabar con la educación laica y que se enseñe la religión católica en las escuelas públicas; terminar con la libertad de cultos e instalar a la religión católica “la única verdadera y universal”, como la religión oficial del Estado; y reconocerles a todos los ministros de culto católico, residentes en este país, la categoría de ciudadanos mexicanos con todos los derechos y prerrogativas que tiene la población en general, con lo cual podrían ser electos a los cargos de elección popular.
Algunos analistas se refieren al Yunque, la organización fanática fundamentalista paramilitar que se encuentra en el seno del PAN y tiene a algunos de sus elementos incrustados en el PRI y otros partidos, como el grupo compacto que toma las decisiones en Los Pinos, lo real es que por encima de ese grupúsculo, que no alberga más que a unos cientos de dogmáticos irracionales, se encuentra lo que denomina mi amigo Fernando Vallejo, La Puta de Babilonia, esto es, la Iglesia Católica Apostólica Romana, con el moderno Alejandro VI a la cabeza, nada menos que el jefe de la Santa Inquisición, el nazi Joseph Ratzinguer, alias Benedicto XVI.
Es ella, la Iglesia Católica Apostólica Romana, la que sostiene al espurio, la que maneja al pelele, la que pretende recuperar sus fueros y privilegios que perdió con Benito Juárez.