12 de julio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

38ª parte
Hugo Pardo
El Señor Jehová de los Ejércitos, es la típica deidad enfurecida, que arrasa a sus enemigos, goza con su destrucción, amenaza, somete, chantajea y obliga a que se le adore, so pena de desatar su furia inclemente. Leamos lo que dice Amós, capítulo 9: Ví al Señor que estaba de pie sobre el altar, y dijo: "¡Golpea los capiteles de las columnas, y estremézcanse los umbrales! Hazlos pedazos sobre las cabezas de todos ellos, y a sus descendientes los mataré a espada. ¡De ellos no habrá quien se fugue ni escape! 2 "Aunque caven hasta el Seol, de allá los tomará mi mano. Si suben hasta los cielos, de allá los haré bajar. 3 Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré. Aunque se escondan de mis ojos en el fondo del mar, allí mandaré la serpiente, y los morderá. 4 Aunque vayan cautivos delante de sus enemigos, allí mandaré la espada que los matará. Sobre ellos pondré mis ojos para mal y no para bien." 5 El Señor Jehovah de los Ejércitos es el que toca la tierra, y ella se derrite. Hacen duelo todos los que habitan en ella. Toda la tierra sube como el Nilo, y luego merma como el Nilo de Egipto. 6 El edifica su morada en los cielos, y pone en la tierra los cimientos de su firmamento. Convoca las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra. ¡Jehovah es su nombre!
Este es el Dios de los católicos, de los protestantes y de todos los ignorantes que, sin haber leído la Biblia, creen que Jehová es el papá de Jesucristo y es a la vez él mismo y tiene otra forma de manifestación que es la paloma que encarna al Espíritu Santo, mismo al que se atribuye que Maria se haya embarazo siendo virgen. Lo cual no tiene nada de original. Luego les platico de donde copiaron los romanos este gran mito.