25 de julio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

47ª parte
Hugo Pardo

Si el origen del universo, de la vida y de la humanidad, según la Biblia nos lo cuenta en el Libro del Génesis, es terrorífico y a la vez de risa loca; el fin de todo esto es más que patético, demencial, una verdadera tragicomedia espeluznante.
Váyase al Libro del Apocalipsis y entérese como ha dispuesto el señor Jehová de los Ejércitos, llegar al fin de los días:
7 Después de esto, vi a cuatro ángeles que estaban de pie sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, y que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 2 Y vi que otro ángel, subiendo del oriente, tenía el sello del Dios vivo. Y llamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar, 3 diciendo: "¡No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con un sello la frente de los siervos de nuestro Dios!" 4 Oí el número de los sellados: 144.000 sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. 5 Sellados, de la tribu de Judá, 12.000, de la tribu de Rubén, 12.000, de la tribu de Gad, 12.000, 6 de la tribu de Aser, 12.000, de la tribu de Neftalí, 12.000, de la tribu de Manasés, 12.000, 7 de la tribu de Simeón, 12.000, de la tribu de Leví, 12.000, de la tribu de Isacar, 12.000, 8 de la tribu de Zabulón, 12.000, de la tribu de José, 12.000, de la tribu de Benjamín, 12.000.
¿Quién dijo que con los ángeles no habría burocracia?, y luego continúa en el Capítulo 8, la onda de los sellos, nomás fíjense:
Cuando él abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2 Y vi a los siete ángeles que estaban delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas. 3 Y otro ángel vino y se puso de pie delante del altar. Tenía un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, que estaba delante del trono. 4 Y el humo del incienso con las oraciones de los santos subió de la mano del ángel en presencia de Dios. 5 Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con fuego del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y se produjeron truenos y estruendos y relámpagos y un terremoto.
O sea, la magia en su máximo esplendor.
Y pensar que todavía una quinta parte de la humanidad se traga estos cuentos.