16 de julio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

40ª parte
Hugo Pardo

En gran medida la violencia que sufre la humanidad se la debemos a las tres principales religiones del mundo occidental: Cristianismo, Judaísmo e Islamismo. Estos tres dogmas se vienen disputando territorios desde hace más de dos milenios y lejos de ir encontrando salidas a su milenario conflicto, cada vez son más intensos los odios, rencores, resentimientos y ánimos de desquite que anidan en las cabecitas extraviadas de los fieles de cada una de estas creencias.
La humanidad no vivirá en paz, mientras exista la creencia de que hay una sola religión verdadera, y cada institución se considere a sí misma la única que representa al verdadero Dios. La verdad es que todas son falsas, todas son inventos del hombre para controlar al propio hombre.
Vayamos a la Biblia, veamos que nos dice el libro de Génesis, Capítulo 6, Versículos 5 Jehovah vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal. 6 Entonces Jehovah lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Nótese como el señor Jehová se lamenta de haber hecho al hombre, cómo le duele el corazón y cómo reacciona después de darse cuenta que todas sus criaturas siempre tienden al mal.
El señor Jehová espera que sus criaturas, sin educación, sin cultura, sin historia, se comporten como gente civilizada, ¡imposible! El señor Jehová se muestra incapaz de entender a sus propias criaturas. Un Dios así no es omnipotente, ni comprensivo, ni sensato, ni inteligente, ni sabio; es un simple patriarca judío ávido de que le rindan pleitesía, pero francamente no la merece.