31 de julio de 2007

Fede CHILIÁN, rumbo al gobierno municipal


Frente al desconcierto y temor que padecen sus adversarios, se gesta la sorpresa inminente
A la estulticia y maledicencia de que es capaz la prensa miope o mercenaria responderá con respeto y serenidad

Federico Chilián Orduña

No caeré en provocaciones, ni responderé ataques arteros, la política debe dignificarse y dejar de ser el escenario en el que los contendientes se lanzan lodo a la cara sin importarles los principios que nos deben regir, para -en cambio- privilegiar el diálogo y las propuestas que formulamos.
De entrada hay que empezar por hacer un repaso a nuestra historia, para saber donde estamos y a donde debemos dirigirnos. Hagámoslo de inmediato:

De la Puebla fundada por Fray Toribio de Benavente a la Puebla gobernada por Enrique Doger Guerrero, han transcurrido 476 años, en los que se ha distinguido la comunidad poblana en el contexto nacional e internacional, con singular maestría en cada una de las etapas por las que ha transitado como parte de México, así podemos referirnos a: la Puebla colonial, la Puebla insurgente, la Puebla liberal, la Puebla revolucionaria, la Puebla moderna y la Puebla visionaria.

La Puebla colonial es el reflejo más auténtico de las más sublimes aspiraciones de los conquistadores, es la época en que se construye la catedral a lo largo de más de un siglo y los principales edificios de una comunidad que traía toda su cultura para asentarse en un espacio concebido a su gusto y medida. Es el tiempo en el que se forja en el Colegio del Espíritu Santo el talento de Francisco Javier Clavijero para después hacer la crónica más vigorosa que se conoce de lo sucedido durante y después de la conquista. Bajo el régimen de esclavitud implantado por la corona española, surgió un digno patrimonio edificado que afortunadamente una buena parte de él aún subsiste, allí tenemos una riqueza invaluable que tenemos que conservar, mucho de ello restaurar y adecuar a las necesidades del presente y del futuro. Esa Puebla llegaba hasta el Carmen por el sur, a Santiago por el poniente, a Xanenetla por el norte y a Xonaca por el oriente. Su población era de alrededor de 20 mil habitantes que vivieron bajo el orden monárquico impuesto.

La Puebla insurgente combate al lado de José María Morelos Morelos, con Guadalupe la Chinaca, con José Luís Rodríguez Alconedo, con los que comparten la convicción de que ha llegado el momento de independizarse, cambiar las fuentes de legitimación del poder, oficializar el idioma español y la religión católica, con todo lo que eso implica. Once años de guerra de independencia no son pocos, en Puebla se genera el espíritu pacificador y conciliador que demanda la nación. Las monjas simpatizantes del imperio le convidan los primeros chiles en nogada que se conocen a Agustín de Iturbide, los adeptos de la República alientan a Vicente Guerrero a que se consolide en la presidencia. Puebla es escenario estelar de los contrastes que se manifiestan respecto a la forma que debía adoptar la nueva nación. La Puebla de aquel entonces no creció, a duras penas se conservó.

La Puebla liberal es rica en contribuciones a la restauración de la República, la defensa del exterior y la formación del Estado laico, con José María Lafragua, Ignacio Comonfort, Gabino Barreda, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano e Ignacio Zaragoza, Puebla alcanza su dimensión más excelsa, aquella que le da su nombre, en reemplazo del que le pusieron los que recibieron con misa y banquete a los invasores franceses, ya no sería la Puebla de los ángeles, nombre con el que la bautizaron sus fundadores, porque los ángeles que la construyeron, la defendieron y la restauraron, nunca fueron personajes alados, asexuados, que bajaron del cielo, sino poblanos de carne y hueso que dieron su vida por darnos una bella, digna y señorial ciudad, eso es lo que la hace Heroica y lo que le confiere el título de Zaragoza. El comercio y la industria empiezan a desarrollarse de manera destacada. Puebla es la segunda capital de la República, cuando empieza el porfiriato que influido por la cultura francesa le imprime adicional estilo a la fisonomía de la ciudad. El palacio municipal, el mercado La Victoria, y otros espacios públicos testimonian esta influencia.

La Puebla revolucionaria, nuevamente se anticipa a la cita con la Patria, aquí se pare el movimiento anti-reelecionista con los hermanos Aquiles, Máximo y Cármen Serdán, aquí se respalda el maderismo y al zapatismo, aquí nacen varios de los legisladores que le dan forma a la nueva Constitución Política, como Pastor Rouaix, Gilberto Bosques y Froilán C. Manjarrez. Aquí se ejecuta el primer reparto agrario encabezado por Venustiano Carranza y concebido por el poblano Luís Cabrera Lobato. Aquí surge también esa concepción de socialismo que atempera las contradicciones sociales en la pluma y acción de Vicente Lombardo Toledano. Es poblano también el primer presidente que convoca a la unidad nacional, Manuel Ávila Camacho, y es también paradójicamente refugio y usufructo de su atrabiliario hermano Maximino, y es asimismo territorio fértil para que germinen las ideas de su otro hermano Rafael, quien deja honda huella con la construcción de los centros escolares, a partir de lo cual se inicia la siguiente etapa.

La Puebla moderna, que se proyecta principalmente como un espacio destinado al desarrollo de la educación y la cultura, vinculadas al comercio, la industria y los servicios, alejando gradualmente la agricultura y extendiendo la mancha urbana. La ciudad aumenta seis veces el tamaño de su población y ocho el de su territorio.
Con otro poblano, el más controvertido de todos, Gustavo Díaz Ordaz, se rompen los soportes del régimen político y se inicia un desplome que va a consumarse cuatro décadas después cuando el partido hegemónico es reemplazado en el gobierno federal por su opositor más cercano, quien adopta y reproduce las prácticas de su antecesor, agrega las suyas e impone a su sucesor, empleando todos los recursos del erario para tal fin. Durante este periodo, Puebla ha vivido y padecido el ascenso también de dos alcaldes del mismo partido opositor que han dejado la impronta de su ideología clerical y reaccionaria en las obras y servicios públicos que estuvieron de las que son responsables. Ejemplos:
Gabriel Hinojosa el primer alcalde panista le cambió el nombre a la avenida Maximino Ávila Camacho por el del obispo Juan de Palafox y Mendoza, distinguido represor del teatro indígena. Esa arteria debe llamarse Benemérita Universidad Autónoma de Puebla o de cualquier otro modo, nada más que no sea el del representante de ninguna religión, como también es el caso del circuito Juan Pablo II. En este como en otros casos puede hacerse un ejercicio de consulta popular para dar cauce a la propuesta ciudadana y abrir espacios para que la comunidad participe en la toma de decisiones de la autoridad, pero esto ya tiene que ver con la nueva etapa.

La Puebla visionaria, la que empezó a plantearse los problemas de su inserción en el mundo, a la altura de su época, mirando hacia el futuro, aparece con el movimiento de reforma universitaria en 1961, mismo que da lugar al enfrentamiento entre las dos concepciones predominantes de la educación completamente opuestas, ambas no exentas de dogmatismos, pero alentadas por semejantes afanes de superación y perfilando su porvenir. Son los tiempos de Enrique Cabrera Barroso, Enrique Aguirre Carrasco, Manuel Frías Olvera, Manuel Sánchez Pontón, Gregorio de Gante, José Recek Saade, Adalberto Luyando, Julio Glockner, Joel Arriaga Navarro, Luís Rivera Terrazas, mientras en la otra vertiente se buscan nuevos espacios donde el credo religioso perviva. La universidad pública se diversifica y surgen las universidades privadas, en la actualidad hay más de veinte y por lo menos una decena ofertan aceptable calidad educativa. Este es el mejor activo de la ciudad y en manos de quien está el mañana. Con ellos, junto con los maestros de todos los niveles, y de todos los gremios, tenemos que construir la Puebla del siglo XXI, hacer la revolución educativa que requiere el desarrollo sostenido y compartido. Su tarea con la comunidad es la más audaz y de mayor impacto social que se haya propuesto una generación. Los convoco a que juntos hagamos que se cumpla cabalmente en el municipio de Puebla los ordenamientos consagrados en el artículo 3° de nuestra Constitución, y garantizar que toda la población tenga acceso a la educación que necesita, especialmente la que le es obligatoria: la educación básica, primaria y secundaria. Hagamos que se cumpla tal obligatoriedad, porque la educación no sólo es palanca del desarrollo, no sólo es un medio, es también un fin en sí mismo toda vez que en el proceso de enseñanza aprendizaje es donde el ser humano alcanza su máxima realización como especie, como grupo y como persona, porque se comunica y trasciende, da y recibe, se forma y transforma, crece y se desarrolla.
Cuando el municipio garantice que todos sus habitantes han cumplido o están cumpliendo con tal obligatoriedad, habremos superado la brecha de la marginación, estaremos en condiciones para erradicar la pobreza y cumpliendo con la primera obligación que impone la Constitución al Estado –Federación, Estados y Municipios-
Y todo lo demás, vendrá por añadidura. Así que:
APRENDAMOS DE LA HISTORIA Y EMPUJEMOS PA´DELANTE,
Fede CHILIAN presidente municipal.

No hay comentarios.: