7 de junio de 2007

No a la competencia desleal, prensa gobierno

Obligación de la autoridad garantizar la libertad de prensa
El director del Diario Transición fungió como orador en el Día de la Libertad de Prensa
A nombre del Grupo de Periodistas de Puebla, el licenciado Federico Chilián Orduña, habló en el zócalo de la ciudad durante la ceremonia oficial de izamiento de bandera en el zócalo. A continuación el texto íntegro del discurso pronunciado:
Sr. Lic. Erick Becerra Hernández, representante personal del C. presidente municipal de la Heroica Puebla de Zaragoza, Dr. Enrique Doger Guerrero
Amigos oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad del Municipio de Puebla.
Amigos periodistas.
Señoras y señores:
Hoy celebramos en todo México el Día de la Libertad de Prensa, que es la forma de expresión más clara, directa e inmediata que podemos emplear para dar cuenta de los acontecimientos de interés público que ocurren cotidianamente.
Desde lo que pudiéramos denominar los prolegómenos de nuestra existencia como nación independiente, ya se manifestaban las aspiraciones de quienes aún dentro de las instituciones eclesiásticas pugnaban porque se permitiera la libre expresión de las ideas como norma de convivencia fundamental, para dar forma al marco jurídico en el que se asentara la nueva sociedad que se anhelaba construir.
Ayer precisamente tuvimos la oportunidad de observar y leer algunas páginas de esos libros incunables que se hallan en la Biblioteca Palafoxiana al alcance del público. Varios testimonios debidamente colocados en el interior de unas vitrinas nos permiten constatar que desde la colonia ya se expresaban las ansias más sentidas de quienes en el seno del claustro que los formaba para sacerdotes, daban cuenta que el motivo que animaba sus reflexiones apuntaba hacia el futuro en esta tierra, una sociedad en la que se respetara la libertad de expresión.
Lo que los liberales hicieron posteriormente no fue sino rescatar aquellos pensamientos que desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta el Pensador Mexicano, Joaquín Fernández de Lizardi, ya se venían manifestando de diversas maneras, unas veces como poesía exquisita, otras como elegante prosa, se mantuvo efervescente el anhelo más sentido de quienes piensan y sienten por lo que les sucede a todos.
Ya desde la Constitución de Apatzingán en 1814, aunque limitada a no atacar el dogma religioso, la tranquilidad y el honor ciudadano, se reconocía la libertad de pensamiento, de expresión y de imprenta.
Con semejantes restricciones pero vinculada a la necesidad de procurar educación y trabajo, se reconoce el derecho a la Libertad de Expresión en la primera Constitución Política de nuestro país, la de 1824.
Pero es con Benito Juárez a la cabeza y con la pluma de Francisco Zarco entre esa pléyade de próceres liberales que este derecho alcanza su máxima expresión, porque al promulgarse la Constitución de 1857, se le hace acompañar del derecho a la difusión del pensamiento por medio de la imprenta, del derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de cultos, y del derecho a la libertad en la educación.
Gracias a ello, como bien lo explicó el doctor en historia Humberto Morales Moreno, en la conferencia que dictó, en el marco de esta Semana de la Libertad de Expresión, la República tuvo la capacidad y la fuerza para defenderse exitosamente de la invasión extranjera y restaurarse a sí misma luego de vencer políticamente a las fuerzas oscuras e internas que se le oponían. Juárez nunca reprimió la libertad de expresión pese a ser severamente caricaturizado por sus adversarios. De acuerdo con sus principios y las condiciones en las que la Patria se encontraba, comentaba el maestro Morales Moreno, no le quedaba de otra, en términos coloquiales diríamos que aguantó vara.
Lo que vino después fue un abuso del poder legalmente constituido que prolongó indebidamente un mandato, mismo que socavó y conculcó los derechos conquistados. Fue menester la revolución que parió una nueva Constitución, la de 1917. Que deja en su lugar los derechos consagrados en la Constitución anterior como garantías individuales y aúna las garantías de carácter social, la educación pública, la propiedad agraria, el régimen económico y el trabajo con la previsión social.
Al institucionalizarse el régimen surgido de la revolución, este crea sus propios medios para incidir en el rumbo que a su juicio conviene a la nación, y se edita el periódico El Nacional, y parece que todo marchaba sin sobresaltos en los tiempos en que el presidente Miguel Alemán se reúne con los periodistas en un día como hoy, en un gran banquete, para propiciar una colaboración recíproca entre gobierno y medios informativos.
Atrás habían quedado los empeños de los hermanos Ricardo, Enrique y Jesús Flores Magón y de todos los que dieron su vida por ejercer a plenitud su derecho a la libre expresión, y por alcanzar un régimen que lo respetara sin condiciones. El llamado “desarrollo estabilizador” perfilaba la nueva relación prensa gobierno.
En ese caminar surgen los mártires de la libertad y las víctimas de la intolerancia. El historiador Alfonso Yañez Delgado, nos expuso con meridiana claridad las vicisitudes que vivió Manuel Buendía antes de ser silenciado por los sicarios de la ultraderecha fundamentalista incrustada en el gobierno. Oscar Sánchez Pontón, luego de su brillante exposición, a pregunta expresa refirió el caso de don Manuel Sánchez Pontón, quien logró sobrevivir a la furia demencial de quienes se sienten dueños de vidas y destinos.
La situación actual en nuestro país, tiene no sólo a los periodistas sino a toda la población en una situación de incertidumbre, una estrategia poco inteligente para combatir el narcotráfico y el crimen organizado, ha dado pie a que los periodistas con frecuencia se vean envueltos en hechos de violencia que por su profesión tienen que registrar, comunicar y difundir, y muchas veces son objeto de pésimos tratos por parte de las fuerzas de seguridad.
Como si quisieran que no se conociera la forma como procede la fuerza pública, ésta con frecuencia actúa de manera indiscriminada, y arremete contra las cámaras y grabadoras de quienes realizan su trabajo. No podemos ni debemos justificar que esta situación se prolongue, se extienda y se consolide.
¿Qué significado tiene hoy el izamiento de nuestra bandera nacional? No puede ser otro que el de reconocer la necesidad de respetar absolutamente la libre expresión. Los afectados por los excesos que esta conlleve, tienen los recursos legales para defenderse de quienes abusan de las concesiones y de las posesiones.
Lo delicado de la coyuntura por los que atraviesa el país, nos obliga a todos a compartir la responsabilidad de preservar la paz, para lo cual ya conocemos el medio infalible, el respeto al derecho ajeno.
Esperamos que las autoridades federales, estatales y municipales, no hagan competencia desleal a la prensa independiente. Los órganos de información oficiales, sólo se justifican cuando responden a la necesidad de establecer una comunicación social para la cual no existan los medios que la posibiliten.
Nuestras autoridades tienen la obligación de auspiciar el ejercicio de la libre expresión. Alentar la crítica responsable porque esta contribuye al mejoramiento de todos en todos los sentidos.
Los periodistas tenemos el deber de servir al pueblo, a la comunidad, a la sociedad, como también lo tiene el poder público. En eso debemos coincidir, y sobre esa base acordar lo que proceda. Cualquier otro objetivo es baladí o mezquino, no vale la pena.
Construyamos una Puebla mejor, reconociendo el valor de la Libertad de Expresión. Muchas gracias.
En el acto estuvieron presentes algunos de los integrantes del Grupo de Periodistas de Puebla: Daniel Moreno Montiel, José Miguel Mayoral Refino, Alberto Mendoza Ruíz, Gerardo Sánchez Martínez y Víctor Manuel de la Vega.