27 de junio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

28 Parte
Hugo Pardo
Ayer les platicaba lo hermoso que es el libro bíblico conocido como el Cantar de los Cantares Capítulo 7 1 ¡Qué bien lucen tus pies con las sandalias, oh hija de nobles! Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de las manos de un artista. 2 Tu ombligo es como una copa redonda a la que no le falta el vino aromático. Tu vientre es como un montón de trigo rodeado de lirios. 3 Tus dos pechos son como dos venaditos, mellizos de gacela. 4 Tu cuello es como torre de marfil. Tus ojos son como los estanques en Hesbón, en la puerta de Bat-rabim. Tu nariz es como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco. 5 Tu cabeza es como el Carmelo, y tu cabellera es como púrpura real aprisionada en trenzas. 6 ¡Qué bella y dulce eres, oh amor deleitoso! 7 Tu talle es como una palmera, y tus pechos como racimos de dátiles. 8 Pensé: "¡Subiré a la palmera y me prenderé de sus racimos!" ¡Sean tus pechos como racimos de uvas, y la fragancia de tu boca como de manzanas! 9 Tu paladar es como el buen vino que corre suavemente hacia el amado y fluye por los labios de los que se duermen. 10 ¡Yo soy de mi amado, y él me desea con ardor! 11 Ven, oh amado mío, vayamos al campo. Alojémonos en las aldeas; 12 madruguemos para ir a las viñas. Veamos si han florecido las vides, si se han abierto sus botones, o si han brotado los granados. ¡Allí te daré mi amor!
Lo penoso del asunto es que a estos goces sólo pueden tener acceso los reyes predilectos de Jehová, en este caso David y su hijo Salomón, en cualquier otro hijo de Dios, sería un bochornoso pecado que requiere confesión y perdón. Del rey David, acusado de adulterio con Betsabé y de asesinato, supuestamente desciende Jesucristo.
Los libros más poéticos de la Biblia son sin duda en los que David o Salomón son los protagonistas principales, esto es, Proverbios, Salmos, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares, digamos que es lo más rescatable del mamotreto. Y por hoy hasta aquí llegamos porque el espacio se acabó.