15 de mayo de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

-1ª parte-
Por Hugo Pardo

La Biblia es un libro fantástico del que uno de cada seis habitantes que hay en el planeta Tierra lo considera “la palabra de Dios”. De esa sexta parte de la población mundial, el 65 % es católica, y la restante es protestante en alguna de las múltiples denominaciones, u ortodoxa griega. En general todos ellos creen en un mito, o mejor dicho, creen que ese mito no lo es, sino que es ni más ni menos “la palabra de Dios”. Nótese que la inmensa mayoría, cinco de cada seis terrícolas, después de 2 mil años de cristianismo no se traga la versión de la Iglesia.
La mayoría de quienes creen que la Biblia expresa el pensamiento del creador del universo, cuando mucho han leído algo del Nuevo Testamento y con ello tienen para aceptar sin chistar todo lo que les dicen sus pastores, sacerdotes o curas, que son los “sí saben interpretar la palabra de Dios”.
Lo cierto es que el catolicisismo no tiene nada de original, es tan sólo un sincretismo helénico judaico con formas romanas y en los países donde predomina se impuso con el empleo de la violencia. Baste enterarse como se “evangelizó” a los pueblos de América.
Ahora que Benedicto XVI ha fustigado el pensamiento científico y la lucha de los pueblos latinoamericanos por emanciparse, ha llegado el momento de ir al fondo del asunto y demostrar que la Biblia es un libro fantástico, bello e interesante si se quiere, pero fantástico al fin y al cabo, es decir, un cuento de hadas.
Y quienes predican que la Biblia es la palabra de Dios, son meros instrumentos de un sistema de explotación y dominación que tiene a la mayoría de la gente en la pobreza, en la ignorancia y en la marginación.
Para empezar esta serie de comentarios, cheque esta cita bíblica: Mateo 10:34 "No crean que he venido a traer paz. No vine a traer paz sino espada.", palabras del Señor Jesucristo. Algún fanático dirá, ¡”eso está sacado de contexto”!, bueno, entonces lo invito a que siga leyendo el Evangelio de San Mateo, mismo capítulo 10, versículos 35, 36, 37, 38 y 39. Y si aún así creen que Cristo es Dios de paz, amor y comprensión, entonces esperen la continuación de esta serie y si no, también.