Enrique Doger hace política, pero de la mala

Otorga medallas al “Mérito Docente” a los dirigentes magisteriales que hace años abandonaron la docencia para dedicarse a la política gordillista fecalista

Hugo Pardo

El presidente municipal de esta localidad, Enrique Doger Guerrero, finalmente mostró el cobre del que está hecho.
Tras de que un grupo de ciudadanos se inconformó por la intención que tenía el alcalde de entregarle en sesión solemne de Cabildo la Cédula Real de la Fundación de Puebla a la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales, lo que motivó que se suspendiera la entrega anunciada, pese a que ya estaba todo listo para tal efecto; ayer se consumó el affaire, cuando sin ninguna razón que lo justifique, entregó una Medalla al Mérito Docente a los profesores Gustavo Gabriel Espinosa Vázquez (secretario general de la sección 51 del SNTE), Jorge Rodríguez Méndez (secretario general de la sección 23 del SNTE) y Leticia Jasso Valencia (exsecretaria general de la sección 51 del SNTE, senadora suplente del Dr. Rafael Moreno Valle Rosas, y diputada local de la actual legislatura) que hace ya muchos años abandonaron la docencia para dedicarse a la política sindical primero, y luego a la política a secas, sin ideología, sin principios y sin ética; sólo para consolidar los intereses, bastante nefastos, de su presidenta plenipotenciaria, la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales.
Podría otorgárseles la Medalla al Oportunismo, o tal vez, la Presea Meteórica por haberse enriquecido rápidamente y sin que sus representados lo notaran, podría pues reconocérseles su capacidad para ejercer la política del camaleón, primero son furibundos priístas, luego se convierten en anti-madracistas, más tarde en anti-priístas, poco después en panalistas para terminar convertidos en materia FECAL, apoyando y legitimando al espurio presidente surgido del partido que históricamente ha sido enemigo de la educación laica y gratuita, el PAN.
México vive hoy una tragedia, la derecha oscurantista está en el poder y lo tomó de manera fraudulenta. La Gordillo traicionó no sólo a Roberto Madrazo, al PRI y a su propia historia, la Gordillo traicionó a los maestros que representa, a la educación laica, gratuita y obligatoria que consagra el Estado mexicano, y sobre todo traicionó a la nación, al entregar el voto y la voluntad del sindicato más grande de América Latina para cumplir los designios de la derecha oscurantista, dogmática y franquista que caracteriza al grupo en el poder.
Hablan de “elevar la calidad de la educación” y se gastan las cuotas sindicales y el presupuesto de la SEP para cacarear en todos los tonos que tienen el compromiso de “elevar la calidad de la educación”. Ninguna educación puede elevar su calidad cuando no hay ética, cuando no se respetan principios, cuando no hay valores morales, cuando la educación es únicamente la etiqueta que recibe un proceso de manipulación de las conciencias para mantener en el poder a los tradicionales enemigos de México.
El regidor Rodolfo Guzmán Rosete, debió inconformarse si tuviera vergüenza y dignidad, pero no pudo hacerlo porque él es parte del mismo grupo elbista, salió de sus pantaletas o de las de la “maestra” Jasso, o de las de ambas, todo para sentir que ya triunfó en la vida por estar cobrando sin trabajar. Francamente ¡qué asco de “docentes”! y más aún ¡qué asco de ex rector!
Un pitufo despistado preguntó, ¿y por qué no se la dieron a Gustavo de la Peña Pirrón, que también es “líder” sindical y también es “charro”?, otro pitufo le contestó, es que él no está con Elba Esther.
Se ve que Enrique Doger busca algo para después que deje la alcaldía, pero con estos actos lo único que gana es el repudio de la gente decente.
El director general del Diario Transición tiene más de 25 años de experiencia realmente docente, frente a grupo, en todos los niveles por lo menos 5 años en cada uno, desde pre-escolar y primaria, hasta media superior y superior, en instituciones públicas y privadas, y no anda a la pepena de medallitas.
Claro, con lo que le dejará la reforma a la ley del ISSSTE, la Gordillo tienen de sobra para maicear a los políticos de la calaña del Chuky, su hijo putativo.