18 de octubre de 2006

Más de 300 grupos escolares carecen de maestros

Denunció la Sección 51 del SNTE que la SEP aún no ha dado respuesta a la necesidad expresada desde el mes de febrero
Advierte la Sección 23 del SNTE que si no se corrige la política educativa del régimen, el país padecerá las consecuencias


Federico Chilián Orduña
Por una extraña razón que no explicaron los dirigentes seccionales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en la entidad, la 51 que representa el profesor Gustavo Gabriel Espinosa Vázquez, y la 23 lidereada por el maestro Jorge Rodríguez Méndez, ambas convocaron a sendas ruedas de prensa, el mismo día, a la misma hora, pero en distinto lugar. Mientras el primero de los mencionados convidó únicamente agua embotellada a los reporteros de la fuente, en la biblioteca del Benemérito Instituto Normal del Estado, el segundo invitó regio desayuno en céntrico hotel, aún cuando lo que declararon es coincidente y preocupante tanto para ellos como para la sociedad que de «algún modo» depende de sus servicios.
Es el caso que por un lado el maestro Espinosa Vázquez puso el grito en el cielo dando a conocer que a más de 40 días de iniciado el periodo escolar vigente, más de 300 grupos escolares, de todos los niveles, carecen de maestro, porque la Secretaría de Educación Pública, a cargo del maestro Darío Carmona García, no ha respondido a las necesidades expresadas por la sociedad poblana desde el mes de febrero del año en curso en que se hacen las preinscripciones.
El maestro Espinosa, visiblemente contrariado, manifestó su molestia e indignación por lo que consideró una situación francamente angustiante. El hecho de que tan sólo un 10% de las necesidades en materia de educación especial estén siendo atendidas, y que el 90% de los niños con capacidad diferenciada no tenga acceso a los servicios educativos que la Constitución establece, era el motivo del gesto adusto, que mostró el maestro Gustavo, que sólo desapareció en el instante en que cordial y afectuoso se despidió del autor de esta nota, pero tan pronto como se retiró volvió esa actitud que exhibió cuando se le cuestionó sobre el conflicto en Oaxaca, del que dijo, que ya es un problema más que laboral, de carácter político y, desde luego, ellos no pueden respaldar posiciones de confrontación.
Por otro lado, el profesor Rodríguez Méndez se esmeró en exponer ante los reporteros de la fuente que la situación que se vive en el sector educativo no se puede prolongar por más tiempo, o correr el riesgo de una inestabilidad social de la que los maestros serían señalados como responsables aunque en realidad son víctimas de la misma, debido a los escasos recursos con los que realizan su actividad, que es la más importante que debe realizar el Estado mexicano, y de lo cual sólo se puede culpar al gobierno, que no ha cumplido con los compromisos adquiridos para el mejoramiento de la calidad de la educación.
El maestro Jorge se aventuró a hacer cálculo de memoria respecto al número de maestros que egresan de las escuelas normales de la entidad, y estimó que en las casi 30 escuelas de este nivel que hay en la entidad, entre oficiales y particulares, lo que significa un egreso promedio de 500 maestros cada año, el gobierno sólo puede contratar a un 10 % como máximo, y el 90 % restante pasa a engrosar las filas del desempleo.
Y así, en ambos lados, hubo lamentos, cifras y preocupación. El tema de Oaxaca lo tocaron sólo en la superficie y no salieron de las declaraciones de cajón, de estar en contra de la violencia, a favor del diálogo, y que una Comisión dictaminadora que se nombró ex profeso para tal efecto, en un plazo no mayor de 30 días emitirá su resolutivo, tal vez cuando hayan muerto otros 10, 20 o más maestros.
Por mi parte me atreví a señalar a los directivos de la Sección 23 que, a mi juicio, el principal problema de la educación en México, es el nefasto liderazgo que padecen los maestros organizados en el SNTE en la persona de Elba Esther Gordillo Morales, quien le puso en charola de plata la organización sindical, oficialmente no corporativa, al espurio «presidente electo» Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, siendo secretaria general del PRI, lo cual constituye un acto de traición a su partido y una exhibición de deslealtad que de ningún modo puede justificarse y menos mostrarse como «ejemplo» de «labor educativa y política». Tras de lo cual se suscitó una discusión, siempre en un clima de mutuo respeto, y en la que se expresaron diferencias sustantivas.
Subrayo la atención comedida e inteligente del profesor Julio Peralta, quien acudió a la reunión convocada por la Sección 23, en calidad de representante del comité ejecutivo nacional del SNTE, quien a pesar de nuestras divergencias, siempre mostró una actitud atenta y respetuosa.