8 de octubre de 2006

FECAL no tomará protesta

Es previsible que más de 15 millones de ciudadanos en todo el país manifiesten su rechazo al ascenso de FECAL el 1 de diciembre
El pueblo de México ha dicho ¡basta! Sufragio Efectivo, No Imposición
250 organizaciones civiles no reconocen a FECAL como «presidente electo», si se instala por la fuerza, habrá trifulca que podría ser la chispa que …
Federico Chilián Orduña
De aquí al 1 de diciembre pueden ocurrir muchas cosas que por ahora ni nos imaginamos. A como van los acontecimientos, no es descabellado suponer que ese día se presente un escenario donde la capital de la República sea tomada de los nervios, en San Lázaro, en el Zócalo, en Los Pinos, en todos los accesos a la ciudad, en los cruceros, la circulación vehicular terrestre y aérea se vea alterada en sus principales vías y las telecomunicaciones trasmitan simultáneamente a todo el mundo la toma de la ciudad de México.
El ejército, la policía y todas las fuerzas públicas del orden no van a tener más remedio que considerar la decisión de la mayoría del pueblo: no reconocer a FECAL como presidente electo, porque además de lo que suceda en la capital, habrá que añadir lo que ocurra en el interior y en las fronteras. Lo que venga después sería el siguiente paso de la transición a la democracia cuyos resultados aún son inciertos, porque no será sencillo que se reconozca el triunfo de AMLO, y es allí donde pudiera entrar el famoso «presidente interino» como solución mediadora, salomónica, conciliadora, pero de cualquier modo la moneda volvería a ponerse en el aire. El Congreso sería un verdadero «calderón», una especie de horno a su máxima temperatura.
A estas alturas, ya no se trata de una disputa del poder por el poder mismo, la pugna entre candidatos se ha tornado disputa de proyectos históricos, de compromisos sociales, de raíces históricas y de objetivos nacionales, los individuos y caudillos han pasado a segundo término, es la nación la que redefine su destino. No hay culto a la personalidad del líder opositor, si bien abundan los apasionados del dirigente, y el repudio no es simplemente a un individuo, sino a todo el aparato que lo sostiene
El respaldo social de FECAL en la capital del país es una minoría irrisoria, y lo es también en la mitad de los estados de la República que la rodean; contrarrestar esa movilización con otra que pretendiera ser superior implicaría acarrear a la gente de los estados del norte que supuestamente favorecen a FECAL, y eso sí está más que en chino. FECAL carece de una base social sólida que lo legitime y supere a la que se ha pronunciado a favor de AMLO.
La posibilidad de que el pueblo ponga un ¡hasta aquí!, al intento de la derecha de adueñarse por completo del país, rebasa con mucho los planteamientos del PRD y de AMLO, quienes aún con la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista, no tienen todos los hilos del movimiento porque éste ya marcha por encima de partidos y personalidades. La APPO es la mejor prueba de ello. Lo que está en juego en este momento no es la suerte del PRD o de AMLO, es la del pueblo de México que por ahora cuenta con varios partidos y reconocidos ciudadanos en el campo de las letras, la ciencia, la administración y por supuesto de la política, pero lo que demanda es el ejercicio de su propia soberanía, la soberanía popular, la soberanía nacional.
Otra opción factible es obligar al «presidente electo» a que se comprometa a realizar un plebiscito en un plazo no mayor de 24 meses, para determinar si continúa en el cargo o se atiene a un resultado adverso.
Por lo pronto 250 organizaciones civiles de 18 estados de la República, participantes en la Convención Nacional Ciudadana Municipalista, efectuada el viernes 7 del mes en curso, en la ciudad de Jalapa, Veracruz, decretaron al Poder Legislativo como único interlocutor con el gobierno federal y descalificaron al «presidente electo», a quien no le reconocen legitimidad.
Hay diversas salidas para el conflicto, es aquí donde la República tiene la gran oportunidad de regenerarse y reencausar su destino, la tarea es de todos.