20 de septiembre de 2006

Cárdenas se volvió materia FECAL

Cuauhtémoc Cárdenas se aleja del PRD y se arroja al vacío
Tras de cobrar un millón y medio de pesos anuales para su “fundación por la democracia”, dilapida todo su capital político y se acurruca en el seno del fecalismo
Carta Abierta a mi “amigo” el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, inserta aquí


Federico Chilián Orduña

De pena ajena ha sido el comportamiento mostrado en los últimos días por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Luego de permanecer en el ostracismo durante toda la campaña, rumiando su frustración porque no fue él, el candidato del PRD, reaparece descalificando al movimiento lopezobradorista, con pretensiones de profeta del desastre.
A este señor, a quien apoyé en cuatro ocasiones para que fuera el presidente de México le digo sinceramente lo que pienso. He aquí la Carta Abierta que le envío:
Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano
Presente.
La opinión que ha expresado usted a la prensa española respecto a la conducta política de Andrés Manuel López Obrador y quienes votamos para elegirlo presidente legítimo de México, es respetable, aunque no la compartamos. A mi juicio además de equivocada es también ofensiva, tanto al líder elegido, como a los más de un millón de mexicanos que votamos por él y, disculpe ingeniero, que la califique de estúpida y peor aún, reaccionaria; pero dejemos los adjetivos que, en todo caso son a su opinión, no a su persona, y vayamos a los sustantivos, si usted me lo permite.
De entrada sostiene usted que tal decisión “golpea y daña a la izquierda mexicana”. Discrepo ingeniero, hasta el momento ninguna expresión de “la izquierda mexicana” se ha quejado por golpes o daños causados por esta decisión, y quienes no están de acuerdo, simplemente no participan, ni votan y ya. Tampoco se les condena, a nadie se le obliga o presiona para formar parte, nos movemos por convicción, conscientes, no como mansos corderos, contra el fraude electoral, del cual usted también fue víctima en 1988 y por el que nos despojaron, a usted, de la presidencia de la República y a su servidor de la diputación federal, en aquel memorable Frente Democrático Nacional ¿lo recuerda? Mi familia y yo permanecimos en el Zócalo de la ciudad de Puebla, desde el 7 de julio de aquel año, ininterrumpidamente hasta el mes de diciembre en plantón permanente, manifestando nuestro repudio al fraude electoral. Gracias a las monedas de cooperación voluntaria que se recogían en los botecitos, pudimos subsistir y mantener las demandas de la Corriente Democrática, que me honré en representar junto con el abogado Erasmo Pérez Córdova en esta entidad.
En el 89 encabeza usted la fundación del PRD y éste merito lo coloca en un lugar primigenio y distinguido en la historia de la lucha por la democracia en México. Aunque después de una década nos enteramos del trato en privado que tuvo usted con Carlos Salinas de Gortari en aquellos años, del cual usted no nos comunicó nada a sus millones de simpatizantes, sólo gracias a la revelación que posteriormente hiciera Porfirio Muñoz Ledo, no desmentida por usted, pudimos enterarnos más adelante.
En el 94, en su segundo intento, volvimos a colaborar con usted con nuestro pequeño grano de arena, lo mismo en el 2000 y en el 2005. En las cuatro ocasiones combiné mi actividad periodística con la política, para contribuir a que usted fuera nuestro presidente. En cientos de números de los periódicos que he editado se publicaron sus propuestas de gobierno por las cuales, excuso decirle, jamás le he presentado factura para algún servicio, por éste ni por ningún otro concepto pero, pensándolo bien, ahora, con mi situación y su posición, estoy valorándolo si es prudente y pertinente. Ya lo veríamos si usted quiere y ordena.
Pero, volviendo al caso, hay que reconocer que conforme ascendía la popularidad de AMLO, disminuía la suya, y usted siempre se negó a reconocer la terca realidad y nunca tuvo los tamaños de Heberto Castillo para declinar a favor de quien realmente atraía a la mayoría de las preferencias del electorado. Esa realidad se negó usted a reconocerla, por los motivos o razones que usted tuviera, juicios o prejuicios, pero que tampoco expuso a toda esa gente que ahora subestima y está decidida, como lo estuvo con usted, incluso a dar la vida, por el triunfo de la causa democrática.
Dice usted que “hay que respetar las instituciones democráticas”, ¿a cuales instituciones democráticas se refiere usted?, ¿a las que promovieron el desafuero de AMLO? o ¿a las que hicieron el fraude electoral de 1988 o a las que lo hicieron en el 2006?, ¿a las de procuración de justicia que le han dado carpetazo a todos los procesos por los más de 500 perredistas asesinados? ¿A cuales señor ingeniero? Si fuera usted más preciso podríamos tal vez estar de acuerdo; pero si usted se refiere al IFE, al TRIFE y a la Presidencia de la República, por supuesto que de ningún modo les reconocemos “institucionalidad democrática”, todas ellas se han movido en función de los deseos de la pareja presidencial de manera monárquica. Si usted no lo ve así, entonces, como psicólogo, respetuosamente le recomiendo que consulte a su médico.
Atribuye usted la “derrota” de AMLO a los mismos motivos que esgrimen los conductores de televisión (“las palabras de AMLO hacia el presidente Fox, los ataques hacia los empresarios y banqueros”, etc.), “la ausencia de una propuesta y compromiso de izquierda” o a deficiencias de las que, aceptando sin conceder que existen, usted también es responsable, toda vez que como miembro distinguido del partido tiene todo el derecho y la oportunidad de hacer los planteamientos que considere necesarios y convenientes para la victoria del partido en el momento en que pudieran ser útiles, no ahora a toro pasado viéndolo desde la barrera de sombra. En el episodio de su cuarta aspiración usted fue un mal camarada, actuó de manera siniestra, soterrada, no transparente, jamás procedió por previsión y ahora pretende explicar y justificar un resultado que “legalmente” le es adverso a la izquierda mexicana que usted alguna vez encabezó, pero que ha quedado muy lejos de poder volverlo a ser, yo diría que jamás. Como muy bien lo dibujó José Hernández, usted acabó por demoler su propia figura y trayectoria.
Por otra parte, califica usted de “dogmática la actitud del entorno de AMLO hacia quienes no aceptan sus propuestas incondicionalmente, ni a quienes cuestionan sus decisiones”. Otra vez nos ofende a los millones de mexicanos que formamos el “entorno” de AMLO, que no se reduce a las comisiones nombradas en la convención nacional democrática, ni a los círculos más cercanos.
No es “dogmática nuestra actitud hacia quienes no aceptan incondicionalmente las propuestas de AMLO”, por la sencilla razón de que nadie es incondicional de otro. No formamos una mafia, somos el pueblo que se organiza, en función de objetivos concretos que, usted, tanto como el Subcomandante Zero, y perdón por la comparación, no supieron plantear su propuesta de izquierda, cada uno por algún tipo de dignidad, de soberbia o por lo que usted guste y mande, pero el grueso de la gente no se fue con usted ni con el zapatista rebelde. La lucha legal, electoral, fuerte y decidida la encabezó AMLO, y ni siquiera porque él se lo haya perfilado desde que inició su jefatura de gobierno en el Distrito Federal, fueron Salinas, Fox, Cevallos, quienes lo ubicaron como el adversario a vencer, y cuanto más se empeñaron en eliminarlo, más lo engrandecieron. Esa es la diferencia con usted, que al grupo foxista, su eventual candidatura, ya la veían con menos fuerza que un sidral sin gas. Ya no podía hacer ningún daño, como en la anécdota del sidral y la cerveza que usted contó de Zedillo.
Dice usted que le sorprende que en el PRD no se hayan expresado voces que disienten de los planteamientos de AMLO ¿De veras se cree usted lo de la televisión? ¡Cómo se ve que hace mucho que no pisa usted un espacio del PRD!, si lo hubiera hecho se daría cuenta que allí todo se discute y hasta por lo más insignificante. Eso que llaman “tribus” no son más que los grupos que debaten y defienden con desmesurada pasión sus propias posturas. Unificarlas en torno a una propuesta no es cosa sencilla, AMLO logró lo que usted, Muñoz Ledo, Rosario Robles, Amalia García, no pudieron, quisieron o supieron hacer: volcar a favor del PRD a la inmensa mayoría del pueblo organizado, nada más, pero nada menos.
Le guste o no, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, sobre la base de la garantía que establece el artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, más de un millón de mexicanos ratificamos por aclamación la decisión que tomaron cerca de quince millones de votar para legítimo presidente de México a Andrés Manuel López Obrador. Si usted ingeniero Cárdenas, tal vez porque no quiera que se revelen las conversaciones de Lázaro Cárdenas Batel con Kamel Nacif, o las propiedades que ha acumulado la familia Cárdenas desde que salió de Los Pinos, reconoce a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, como su “presidente electo”, allá usted y que con su PAN se lo coma. Lo comprendo pero no lo justifico e ignoro quien lo apruebe o lo disculpe, yo no.
Quedo de usted, atento y seguro servidor.
Federico Chilián Orduña.
P. D. A mi no hace falta que responda, es a la nación, al PRD y a su conciencia.