23 de agosto de 2006

Fox ya enloqueció

Diputados federales le recomiendan que se vaya a dormir a la tina del baño
La comisión legislativa que investiga el tráfico de influencias de la señora Martha Sahagún, le pide a Fox que ordene a la PGR investigar el enriquecimiento ilícito de sus entenados, los hermanos Bibriesca, a sabiendas de que no lo hará


Federico Chilián Orduña
El mafioso que devino presidente de nombre Vicente Fox Quesada, a estas alturas de su gestión se encuentra al borde de caer en la psicosis. La neurosis maniaco depresiva que padece la controla con fuertes dosis de Prozac, un psicotrópico antidepresivo que crea dependencia física y psicológica, porque ante la turbulencia de los acontecimientos que le rodean él ya no quiere saber nada.
Le informan que Oaxaca es un polvorín y responde con la mirada perdida «¿y yo qué?», le avisan que la alianza del PAN con el PRI y el PANAL en Chiapas perdió la elección frente al candidato del PRD, y contesta «y eso qué»; le dicen que la marcha que salió de Tijuana protestando por el fraude electoral la reciben con júbilo en todas las poblaciones por donde pasa y dice «¿y a mi qué?», le comunican que se han encontrado todos los elementos para encarcelar a sus entenados y rascándose una fosa nasal alcanza a balbucear «¿qué de qué?, y así se la pasa todo el tiempo en Los Pinos, y su mujercita se la paso dando excusas para justificar la ausencia de su «pollito» que está visiblemente trastornado de sus facultades mentales.
Se los digo en serio, no crean que estoy vacilando, inventando o especulando, estoy informando del estado de salud mental del señor que cobra como presidente de la República y puedo asegurarles, como psicólogo con más de 30 años de experiencia profesional, que el señor presidente Vicente Fox Quesada, ha perdido la capacidad de razonar de manera coherente.
Pero lo más grave del asunto, no es que Fox haya perdido el juicio. En todo caso, no sería el primer presidente que enloquece en pleno ejercicio del poder; lo mismo le ha sucedido a muchos. A Carlos Salinas, por ejemplo, le dio por asesinar a quienes vio como sus enemigos potenciales, y así murió Luís Donaldo Colosio Murrieta, quien era su mejor amigo, su cuñado Francisco Ruíz Massieu y más de 500 perredistas a quienes mandó matar, porque estaba convencido de que muerto el perro se acabó la rabia, y todavía sigue manipulando a la clase política del PRI y del PAN, y se carcajea como hiena, cada vez que le cumplen sus demenciales designios.
Otro ex presidente que terminó loco es Gustavo Díaz Ordaz, quien abofeteó a su hijo Gustavito por haberle cuestionado sobre el 2 de octubre del 68 y abandonó a su mujer a la que tenía como simple florero, mientras su amasia Irma Serrano le hacía sentir que él si era muy macho.
También perdió la razón el fundador del PRI, Plutarco Elías Calles, que quiso seguir mangoneando al presidente en turno, tal y como lo había hecho con Abelardo Rodríguez, Pascual Ortíz Rubio y Emilio Portes Gil; pero Lázaro Cárdenas del Río, le salió respondón y de plano lo desterró, gracias a lo cual pudo volver a poner los pies sobre la tierra, porque ya se sentía querubín inmortal.
Después de todo, los mexicanos debemos estar agradecidos a la Divina Providencia que Vicente Fox no haya estado tan cuerdo, porque si no, entonces sí se hubieran aprobado sus reformas, IVA a alimentos y medicinas, venta de PEMEX a los «amigos de Fox», venta de la CFE a sus otros amigos, y así sucesivamente, nos hubiera dejado mucho peor de lo que estamos.