22 de agosto de 2006

Fox se burla de la ley, del TRIFE y de los mexicanos

Con sobrada desfachatez declara a medios extranjeros que el presidente «electo» es Felipe Calderón
Sin ningún recato, pavoneándose, con aire de perdonavidas, como quien fanfarronea en la cantina, reinstala la perniciosa práctica del «dedazo»
Su mozo de espadas, Cesar Nava, lo justificó al asegurar que «sólo constató la realidad»
Federico Chilián Orduña
El patán que todavía cobra como presidente de nombre Vicente Fox Quesada, dio una prueba más de la doble moral que manejan los miembros de su partido, el PAN, y declaró a corresponsales alemanes que «en el proceso electoral que se vive en México no hay ningún problema y que las inconformidades se reducen a lo que sucede en sólo una calle de la ciudad de México, el resto del país está en calma, y el ganador indiscutible de las elecciones es su correligionario Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón e Hinojosa», ¡Ave María Purísima, sin pecado concebida!; esto último no es parte de su apellido, sino una expresión del escribiente de esta nota, que no acaba de salir del asombro que le producen las declaraciones de ese pendejo que, insisto, todavía cobra como presidente, por cierto, el sueldo más alto del mundo, por si no lo sabían.
Queda así al descubierto que Vicente Fox Quesada no es más que el cabecilla de una banda de mafiosos hampones oscurantistas refugiados en la organización denominado el Yunque, que pretenden vender lo que queda de México a los «amigos de Fox», que son los grandes capitalistas extranjeros que le dieron dinero para su campaña y a quienes aún no les ha cumplido lo que les prometió que es ponerles en charola de plata el petróleo, el uranio, la electricidad y todos los energéticos que aún están bajo el control del Estado.
Lo que se avecina es muy fácil anticiparlo, una vez que se instale el nuevo congreso de la Unión, se logrará mayoría con la alianza PRI y PAN, y antes de que suba el mismo Calderón, más conocido como el «terrible FECAL», el señor Fox, le habrá dejado la mesa puesta con todas las reformas estructurales que desde el principio de su administración les prometió a sus socios, con ello FECAL se sentará en la silla presidencial, y desde ese momento empezará su inevitable caída.
México habrá entrado en un periodo revolucionario de consecuencias imprevisibles. Si bien Andrés Manuel López Obrador ha sido, como siempre, muy responsable en todo lo que dice y hace, no es difícil afirmar que no todos los mexicanos están dispuestos a mantenerse en resistencia pacífica; hay muchos otros grupos que ya están, como se dice, hasta la madre del pinche gobierno y están armados en la montaña, en la ciudades en diversos puntos de la República. Esos grupos no van a soportar seis años más de la misma política neoliberal entreguista y seguramente van a responder, como ellos saben, a las agresiones del gobierno panista.
No se necesita ser profeta para decir lo que estoy afirmando. Ya lo verán.