21 de agosto de 2006

¡fariseos¡ ¡Judas¡ ¡pederastas! Gritan al clero afuera de catedral

Simpatizantes de AMLO exigen al cardenal Norberto Rivera que se apegue a la doctrina de Cristo
Un sacerdote alarmado expresó “ya llegaron estos perredistas muertos de hambre”


Federico Chilián Orduña


La prueba más evidente de que el pueblo de México ha despertado y está consciente de lo que se está jugando en estos momentos, es la manifestación de miles de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, no 50 personas como dice El Universal, que se acercaron a las puertas de la catedral metropolitana y gritaron una serie de consignas dirigidas directamente al cardenal Norberto Rivera, quien de diversas maneras ha manifestado su inclinación por secundar todo lo que diga y haga el gobierno panista de Vicente Fox, en especial su pretensión de imponer a un sucesor espurio en la persona de Felipe Calderón.
Fue al término de la asamblea informativa celebrada en el Zócalo de la ciudad de México, el pasado domingo 20 de agosto, cuando una multitud empezó a ocupar el atrio de la catedral hasta llenarlo por completo y se iniciaron los gritos de indignación dirigidos directamente a la máxima autoridad eclesiástica de nuestro país.
Algunas señoras molestas por la presencia de los manifestantes lopezobradoristas pedían, también a gritos, que los sacaron del templo. No faltó un sacerdote maduro que observando a la multitud expresara ¡ya llegaron otra vez estos muertos de hambre!, tras de lo cual se cerraron las puertas de la iglesia y el cardenal Norberto Rivera tuvo que apresurar la misa, sin decir nada durante su homilía relacionado con los acontecimientos que esos instantes estaban ocurriendo.
Más tarde la Arquidiócesis Primada de México emitió un boletín en el que señala que la jerarquía católica se siente lastimada y ofendida porque el cardenal Norberto Rivera en todo momento ha sido neutral respecto al proceso electoral, lo cual no es verdad, porque está documentado su proselitismo a favor del PAN y su candidato.
Los manifestantes incansables no cesaron de gritar: ¡fariseos!, ¡Judas!, ¡pederastas!, ¡Dios no es panista!, ¡hipócritas!, ¡Si Jesús viniera, de su casa los corriera! Y desde luego la que no podía faltar ¡voto por voto, casilla por casilla!