28 de junio de 2009

Luis Alberto Arriaga, impulsa la Ley de Fomento al Periodismo

• El diputado periodista defiende la libertad de expresión• A diferencia de otros servidores públicos a quienes “les vale…”, ejemplo: Antonio Juárez Acevedo
Federico Chilián Orduña
La Libertad de Expresión y de Prensa, derechos consagrados en los artículos 6º y 7º constitucionales, requieren para su pleno ejercicio del auspicio del Estado en sus tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, y de sus tres poderes constituidos, ejecutivo, legislativo y judicial; sin ellos, tales libertades son letra muerta y el derecho como tal es nugatorio.
El diputado Luis Alberto Arriaga Lila, médico de profesión, quien ha ejercido durante más de una década el oficio periodístico en los medios de mayor penetración como lo son la radio y la televisión, está consciente de ello y por eso ha sido el primer diputado de la actual legislatura que se ha abocado a elaborar toda una iniciativa de Ley de Fomento al Periodismo, con el objeto de que estos derechos se garanticen y quienes los ejerzan cuenten con el auspicio y la protección de las autoridades para su desarrollo.
Ayer informó el diputado Arriaga Lila a este DIARIO TRANSICION que el análisis de su iniciativa ya se encuentra dentro de la agenda de la comisión de gobernación y es muy factible que en breve cuente con el consenso de todas las fracciones parlamentarias.
El pasado 7 de junio, un grupo de periodistas celebramos en la Plaza de la Libre Expresión el Día de la Libertad de Prensa y el diputado Arriaga Lila, junto con su colega Pepe Momoxpan, fueron testigos del acto y en él participaron asumiendo públicamente el compromiso de agilizar su aprobación para que sea durante su gestión que se apruebe y se aplique tan pronto como el Ejecutivo del Estado la decrete.
Plausible es el esfuerzo y el reconocimiento de ambos diputados porque esto sea una realidad, y más lo es cuando su actitud contrasta con la incomprensión y desprecio que muestran otros servidores públicos hacia esta práctica social tan indispensable para que el ejercicio del poder sea transparente y todos tengan acceso a la información pública, sin menoscabo de los medios que se empleen para la difusión de la misma.
Un caso muy notable de esta clase de funcionarios insensibles e incapaces es el del comisionado Antonio Juárez Acevedo (AJA), quien expresó al DIARIO TRANSICION que a él no le importa lo que se diga en los medios informativos, si hablan bien o mal de él, esto es un asunto que lo tiene sin cuidado, si dicen verdades o mentiras tampoco; él, como bien dijo el diputado Eduardo Rivera Pérez, “se refugia en los recovecos de la Ley para aferrarse a un cargo”, en el que, dijo AJA, “cobraba ochenta mil pesos mensuales, cuando fue presidente de la comisión” ¿y ahora? “sólo cuarenta”, según su propio testimonio; y esta para su desgracia ests es la hora en que ha perdido toda credibilidad, y su reputación está por los suelos.
Entrevistado en sus oficinas por quinta ocasión AJA ha dicho que, “él se atiene única y exclusivamente a lo que se dice en los documentos legales”, y para el comisionado AJA los medios informativos no lo son. Así de limitada es su visión y así de nula es su calidad moral. Confunde lo legal con lo jurídico, y la gimnasia con la magnesia.
AJA ha reconocido ser miembro de una asociación política, “Plataforma 4”, pero no su dirigente, y lo que la ley prohíbe es, a su juicio, “ser dirigente no miembro”; lo cierto es que al principio del litigio que se sigue en su contra negó ser parte de ninguna asociación política, luego cuando se le demostró que si lo era, respondió que “lo que quiso decir es que no es su dirigente”. Lo cierto es que en tal “Plataforma 4” es tan elitista y democrática que todos son dirigentes, y sólo hay un representante para efectos burocráticos. Leguleyo al fin, AJA, cuando le conviene magnifica la importancia de la semántica y cuando no, se hace el occiso.
El cantiflesco lenguaje empleado por AJA, pone de relieve que es un sujeto sin escrúpulos, sin ética, carente de seriedad, de compromiso con el derecho a la información y sobre todo carente de compromiso con la sociedad a la cual nos debemos todos, funcionarios y medios.
AJA, hijo del abogado Nicandro Juárez Torres, quien perteneció al Partido Comunista y luego de ser expulsado de la UAP por traidor se metió al PRI, se ha dedicado a descalificar a los diputados señalándolos de “ignorantes de la ley, usurpadores de funciones pues actúan como tribunal”, y aún cuando ellos lo nombraron, les niega el derecho a removerlo, porque está seguro que el juez de distrito lo va a exonerar. Al diputado Pablo Fernández del Campo, lo acusó de ser un “caballo de Troya”, por ser hijo de un ex diputado del PAN, lo cual nunca ha negado Pablo, por el contrario, lo ha reconocido y afirmado que se siente muy orgulloso de ser hijo de quien lo es; pero para AJA es tan ruin, que este antecedente es una falta del diputado que le señala con índice de fuego. Del rector de la BUAP, ha dicho que parece proxeneta porque suele andar sin corbata, pero él mismo Juárez Acevedo posa para los medios con la camisa desabotonada y ayer se le vio en sus oficinas luciendo jeans, camisa a rallas de presidiario y chamarra blanca nylon de gañán. Con sus ojos saltones pidió disculpas que por supuesto no se le conceden porque es evidente que no tiene la menor idea de lo que significa el derecho a la información y no merece estar en ese puesto, si el juez le concede el amparo que no crea que con eso basta para ganarse el respeto porque ese lo ha perdido de la opinión pública para siempre, basta leer, oír o ver los medios informativos.
Y como al señor Antonio Juárez Acevedo, no le importa lo que se diga de él en los medios, ahí le va algo de lo que de él piensa la gente del pueblo: que “por funcionarios como él, este país está de cabeza”, que es “un vulgar aboganster”, “un engendro de comunista arrepentido”, “un hijo de p…”, “un desgraciado oportunista”, “un funcionario mediocre”, “un junior mezquino”, “un politicastro mendaz”, “un pequeño mojón de mierda” y otra serie de sustantivos y calificativos que, por respeto a nuestros amables lectores, nos abstenemos de publicar, pero, seguiremos informando.

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