Discurso de Federico Chilián en el Día de la Libertad de Prensa

Amigas y amigos periodistas, compañeros trabajadores de la prensa en cada uno de los eslabones de la cadena informativa:

En este mundo cambiante, enajenado y enajenante, injusto y desigual, hay de todo como en botica. Desde acaudalados escritores que venden por millones sus libros, hasta humildes editores que nos sostenemos en permanente escasez económica, poniendo en juego nuestros rudimentarios talentos y exhibiendo nuestra modesta preparación. Desde las grandes corporaciones distribuidoras de toda clase de publicaciones, hasta los voceadores más sencillos que no disponen ni de un expendio, pertenecen a la tercera edad, o tienen capacidades diferentes, y aún así, suelen ser los más dinámicos del gremio.
A la suerte colectiva que afecta a todos, y más a la mayoría, hay que agregar la suerte particular de cada uno, y al término del balance podía concluirse que somos como la maceta que no pasa del corredor, si no conseguimos que nuestra palabra vuele y cruce los espacios del tiempo y la geografía.
Por momentos pareciera que la mediocridad en todos los órdenes aunada a la vulgaridad, ambas aliadas al poder, nos oprimen con sus siniestras garras, y por más que nos esforzamos, no alcanzamos a posicionarnos en el ánimo popular y en el reconocimiento social, como quisiéramos. Parece que tenemos que conformarnos con trascender dentro de los estrechos márgenes que nos dejan la discriminación y la ignorancia, la soberbia y la indiferencia, la indolencia y la negligencia, la estulticia y la maledicencia.
Y si a esas inclemencias añadimos la autocensura, estamos fritos. Entonces, nada de lo que digamos será importante, nada de lo que escribamos interesará a nadie, tal vez ni a nosotros mismos, si no decimos realmente lo que sentimos, si no expresamos verdaderamente lo que pensamos, lo que creemos y lo que queremos para que cambie esta situación, y este mundo, este país y esta ciudad no sean lo que son de injustos y desiguales.
Tenemos que superar el miedo a la libertad de expresión, porque es la madre de todas las libertades, no tenemos por qué sentirle miedo, porque sin ella, cualquier otra libertad es limitada, tenemos que defender su ejercicio porque es nuestro derecho, el patrimonio histórico que nos legaron nuestros héroes, del que emana nuestra dignidad como periodistas y como seres humanos.
Celebrar el Día de la Libertad de Prensa en este 7 de junio de 2008, no se puede reducir a la reproducción ritual de un acto público en el que mientras unos tienen la oportunidad de desahogar sus frustraciones y practicar una especie de catarsis, otros la aprovechan para ahogarse en la autocomplacencia o la resignación. Ya no podemos ser los mismos, de hecho ya cambiamos, el mundo tampoco será lo que ha sido, empeora o mejora, pero no puede seguir igual, estancado, empantanado, girando sin avanzar ¿A donde vamos?, ¿Alguien lo sabe? La respuesta a esta pregunta aparentemente no nos la darán los periodistas, porque los periodistas normalmente nos ocupamos de los hechos ocurridos, del pasado inmediato, del mediato y del remoto, pero ante el futuro cercano, el de mediano plazo y el distante, nos mostramos perplejos y no decimos lo qué puede pasar, pese a que ya nos dimos cuenta de los graves desperfectos que tiene nuestra sociedad, el sistema económico y el régimen político imperantes.
Por ello, el periodismo en la actualidad tiene el reto de ocuparse ya no sólo del toro pasado, sino del que está por pasar, tiene que anticiparse a los acontecimientos, tiene que prevenir la catástrofe, para evitarla, o la fortuna para propiciarla. Un periodismo que se ocupa del futuro, puede encuadrarse dentro de la literatura de ciencia ficción sí solo se preocupa por la forma y no cuida el contenido, pero un periodismo que mira hacia el mañana confiando en la razón, que ve en la ciencia el mejor recurso intelectual con el que cuenta la humanidad para resolver sus enigmas, realmente puede ser un valioso instrumento de análisis eficaz, si es capaz de atisbar los tiempos y movimientos que necesariamente tienen que suceder para que se presente lo deseado, y contribuir efectivamente a que así ocurra.
Citemos, por ejemplo, los casos de la eventual privatización de Petróleos Mexicanos, de la reforma energética y todas las reformas que se propone el grupo gobernante, y preguntémonos ¿son plausibles?, ¿son convenientes?, ¿son necesarias?
Y en la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, que está bien y que no. Y en la diversidad de izquierdas que se expresan en Latinoamérica, que diferencias y afinidades podemos encontrar con las aspiraciones de las izquierdas mexicanas. Y en el mundo globalizado, qué ventajas y desventajas tenemos para competir, que papel hay que jugar en el concierto internacional. A quien le vamos, a Obama o a Mc Cain, o son la misma cosa y nos da lo mismo?
Definámonos al respecto y actuemos en consecuencia. No ser como esas grandes publicaciones o esos programas de radio y televisión que no fijan su posición, más allá de reproducir los criterios del poder, si acaso, refugiados en el estéril espacio de la supuesta neutralidad.
Informar puede hacerlo cualquiera que trasmita un informe, pero hacer conciencia sólo pueden hacerlo quienes utilizan la ciencia con paciencia y pueden predecir lo más probable. Si es bueno, lo alientan, si es malo, lo detienen, si en parte es bueno y en parte malo, lo valoran, y en cualquier caso lo orientan, pero no se deja en el limbo, en capilla, en stand by o en el olvido, por el contrario se le da salida. Se dice de qué tamaño son sus atributos, cuales son sus defectos, para qué nos sirve.
Un periodismo comprometido con la verdad, con la justicia, con la democracia y con los mejores valores de la convivencia civilizada, es el periodismo que exigen los tiempos que compartimos y las nuevas generaciones. A ellos y a ellas tenemos que dirigirnos.
Afirmar que el medio es el mensaje es una verdad a medias. El mensaje es el principio y el fin, y también el medio. Tenemos que devolverle a las palabras su significado real, no podemos extraviarnos entre tantos “rollos”, la verdad es una, la razón está al alcance de todos, aún cuando cada uno tenga su versión todas cuentan a la hora de buscar la solución a nuestros problemas comunes.
Practicar esta clase de periodismo es como sembrar la semilla del saber, lo que significa enterrarla dentro de la naturaleza humana, luego regarla con información y cuidarla con orientación, los frutos se ven en el criterio que se forma la opinión pública y la capacita para transformar la realidad. Ese es el producto de nuestra labor y por ello la gran responsabilidad que implica. En ello radica la función social del periodismo independiente.
En este Día de la Libertad de Prensa, rindo un tributo de reconocimiento a nuestro amigo Jaime Tapia Reyes, quien al perder la batalla contra la enfermedad, ganó el aprecio imborrable de quienes lo vimos trabajar y ampliar los horizontes del periodismo independiente, hacia el interior del estado, y hacia el exterior del país. Mi afecto, admiración, consuelo y solidaridad a su esposa la licenciada Mireya Ramírez Martínez, por siempre y para siempre, fraternalmente.
Espero y confío que los proyectos para la puesta en funcionamiento de esta Plaza de la Libre Expresión, se lleven a cabo con la comprensión y apoyo del gobierno de la ciudad y que sea una mujer, la alcaldesa Blanca Alcalá Ruiz, quien de a luz, en esta plaza, a un nuevo espacio debidamente acondicionado para que cotidianamente todas las expresiones del arte y la cultura se puedan manifestar con plena libertad.
Saludo y felicito al comité ejecutivo delegacional en Puebla del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa y Trabajadores de Actividades Similares y Conexas, que recientemente tomó posesión para el periodo 2008 – 2011, a sus integrantes, dignamente representados por mi compañera Alejandra Julieta Cruz Jiménez, mis mejores deseos por la realización de su proyecto sindical, en su dimensión económica, política, social y cultural.
Estamos unidos, en la defensa de la Libertad de Expresión.

Muchas gracias