12 de marzo de 2008

FECAL y los panistas cierran filas para proteger a Mouriño

Exhiben su proclividad a mantener la impunidad
La diputada Ruth Zavaleta pide que Mouriño renuncie

Federico Chilián Orduña

En el colmo de la desfachatez, el presidente Felipe Calderón “apapachó” por la mañana a su secretario de gobernación Juan Camilo Mouriño, en presencia del presidente de Islandia, y a medio día lo colocó en el centro de la mesa para que todos los gobernadores panistas que fueron a comer a Los Pinos le rindieran pleitesía y se comprometieran a defenderlo en el plano jurídico, en el político y en el que sea necesario, hasta la ignominia cerrarán filas para detener a ese “loco” de Andrés Manuel López Obrador, que “sólo busca los reflectores de la prensa para hacerse notar”.
Así, con lujo de prepotencia Felipe Calderón hizo a un lado las instituciones de procuración y administración de justicia para superar este conflicto, y rápidamente hecho mano de la “fuerza” política que representan los gobernadores de su partido para obligarlos a respaldar a su amado Juan Camilo Mouriño.
Por otro lado, la diputada Ruth Zavaleta, presidenta de la mesa directiva de la cámara de diputados, desconcertó a los panistas al declarar que lo que Mouriño debería hacer es presentar su renuncia por razones de moral y de ética que afectan severamente la política de nuestro país.
La reacción de los panistas ante tal declaración, aparte de las fisiológicas (diarrea, vómito, etc.,) que no registramos, fue la exclamación de que tal cosa fue dicha en el contexto de las elecciones del PRD, así como para despistar a sus seguidores y se den cuenta que su corriente, la de los chuchos, no tiene ningún compromiso con el gobierno de FECAL.
Todo indica que Felipe Calderón pretende sostener a Mouriño contra viento y marea, lo malo para él es que el viento y la marea son tan intensos que se los puede llevar a los dos. De ese tamaño es la crisis política que ha generado el asunto del amigo preferido del presidente.

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