21 de febrero de 2008

Crujen las estructuras del Vaticano

Multitudinarias manifestaciones en Roma, denuncian los crímenes de la Iglesia Católica y le exigen se abstenga de intervenir en la vida política
Semejantes movilizaciones ocurren en Copenhague, en Berlín, en Granda y en otras ciudades europeas

Federico Chilián Orduña

La milenaria institución denominada Iglesia Católica Apostólica Romana, una vez más, está siendo objeto de vigorosas denuncias de parte de multitudes que han salido a las calles en diversas capitales europeas a denunciar la larga cadena de crímenes que ha cometido a lo largo de la historia, y le han exigido que sea respetuosa del Estado laico.
A juzgar por la escasa difusión que han tenido las marchas efectuadas durante la primera quincena del presente mes de febrero, se presume que la “Santa Sede” haya solicitado a las agencias de prensa que se abstengan de difundir la noticia, ya que ninguno de los grandes medios informativos se han dado por enterados de los recientes acontecimientos.
En Roma, la capital de Italia, donde tiene su asiento el Vaticano, la organización NO VAT, (No VaticaNO), encabezó el pasado 9 de febrero una de las marchas más concurridas de que se tenga memoria desde los tiempos de Benito Mussolini, quien en su calidad de primer ministro italiano en 1929, firmó con Pietro Gasparri, quien representó a la “Santa Sede”, el Tratado de Letrán, el 11 de febrero de ese año, durante el pontificado de Pio XI, con lo cual el jefe de la Iglesia Católica sería a la vez el jefe de un Estado soberano, con más poder económico en el mundo que cualquiera de todos los demás Estados reconocidos en la Organización de Naciones Unidas, aunque es uno de los que menos recursos aporta para combatir el hambre y la miseria que flagela a una parte muy importante de la población del planeta.
Las imágenes de esta movilización se pueden apreciar en la Internet consultando You Tube, Roma Manifestazione No Vat (ami), donde es notoria la alegría que exhibieron los manifestantes, quienes portaron banderas, carteles anticlericales, vestían disfraces de clérigos, mostraban caricaturas del Papa Ralph Ratzinguer y de su antecesor Karol Wojtyla, más conocidos como Ralph Ratzinguer y Juan Pablo II, respectivamente, señalándolos como protectores de pederastas, oscurantistas, fanáticos.
El baile, los cánticos, la música en vivo, los tambores de muy diversas formas fueron la constante en esta manifestación, que se reprodujo días después en varias de las principales capitales de Europa.
Todo indica que el derrumbe del imperio Vaticano se ha iniciado lo cual celebro con la misma euforia de los manifestantes.

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