12 de noviembre de 2007

La partidocracia me la partió

Sólo obtuve 2 mil 5 votos para presidente municipal
Es la más baja votación obtenida en toda mi vida política

Federico Chilián Orduña

Sorprendido pero no deprimido por el resultado electoral, es tiempo de reflexionar sobre lo sucedido. ¿A que se debió que quedé en el último lugar de las preferencias electorales en los comicios para presidente municipal de Puebla?, Identifico las siguientes causas:
1.- La forma como los dirigentes del Partido Alternativa Socialdemócrata manejaron mi candidatura. En Puebla, el comisionado estatal provisional José Luis Cardona Ruiz, se refirió a mí como un candidato “impuesto” por la dirigencia nacional, y a mi actividad periodística la descalificó colgándome el epíteto de “pasquinero”. Además, Cardona Ruiz lamentó ante la prensa que Gabriel Hinojosa no hubiese sido el candidato y expresó que de ningún modo apoyaría mi candidatura. En México, la dirigencia nacional se limitó a presentar una queja ante la Comisión de Ética y Garantías que aún duerme el sueño de los justos. Patricia Mercado y Alberto Begné, priorizaron su disputa por la presidencia nacional del partido y dejaron la suerte del PAS en Puebla al azar de los acontecimientos.
2.- La actitud hostil de diversos medios informativos que desde que se anunció mi postulación hicieron eco a la versión de Cardona y difundieron mi nominación como resultado de una maniobra sucia. De principio a fin de la campaña, el denuesto fue la constante en los medios, cuando no el silencio absoluto ante cualquier evento que convocara o realizara.
3.- La falta de recursos económicos. A duras penas el PAS me proporcionó cien mil pesos para propaganda y los gastos de toda la campaña, que me entregó en pequeñas partidas. Nunca hasta el día de los comicios tuve conocimiento de cuanto podía disponer en su totalidad. No se dio la planeación estratégica en el seno del partido.
4.- La carencia de una estructura electoral y de un equipo humano plenamente identificado con los objetivos del partido, con los de la campaña y con el perfil del candidato. Todo se improvisó al vapor.
5.- La penetración de intereses contrarios a mi candidatura en lo que fue el grupo promotor. Se presume que personas que aparentemente colaboraban para la campaña del PAS con Federico Chilián, en realidad servían a personajes ligados al gobierno municipal de Enrique Doger, o estatal de Mario Marín, del PRI de Valentín Meneses, o del PAN-PANAL de Rafael Moreno Valle.
6.- El surgimiento de una opinión adversa a mi postura liberal, progresista y analítica de la conducta del alto clero católico, debido a mis comentarios sobre su comportamiento en el encubrimiento de la pederastia y mi recurrente crítica a su actividad en la vida pública de México a lo largo de la historia. Algunos consideraron un error que yo haya manejado este tema durante la campaña, porque supuestamente no estaba en la agenda municipal, pero no me arrepiento de haberlo planteado, sigo pensando que el Estado Laico es el único que garantiza un Municipio Libre, y mientras la autoridad municipal no asuma su compromiso con él, seguiremos estando a merced de los siempre insaciables apetitos de poder de la jerarquía eclesiástica.
7.- Mi propia impotencia, que no incapacidad, para corregir oportunamente las irregularidades observadas. Los bloqueos siempre fueron superiores a nuestras posibilidades, debo admitirlo sin lamentaciones. Reconozco haber cometido errores de omisión en la estrategia general. Recurro a la autocrítica sin aniquilarme, aún vivo y miro al horizonte.
Esta experiencia electoral registra la más baja votación que haya obtenido en todas las ocasiones en que he sido candidato a un cargo de elección popular.
En 1988, fui el abanderado del Frente Democrático Nacional, formado por los partidos: Auténtico de la Revolución Mexicana, Popular Socialista y del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional a la diputación federal por el 11° distrito. Obtuve más de 14 mil votos aproximadamente.
En 1997, contendí de nueva cuenta por el mismo distrito por el Partido de la Revolución Democrática. Saqué más de 18 mil votos.
En 2001, fui candidato a la presidencia municipal por el Partido del Trabajo. Obtuve cerca de 13 mil votos.
Ahora, en 2007, por el Partido Alternativa Socialdemócrata, obtengo una cantidad de votos francamente ridícula: 2005. Como para llorar, pero a mi edad ya ni llorar es bueno, no hay más que seguirle a la chinga que es la única ruta válida.
Los demás partidos obtuvieron la siguiente votación: PAN: 125,643; PRI: 217,594; PRD: 22,000; PT: 21,974; PANAL: 21980; PEC: 3,270.
Se anularon 15 mil 612 boletas. Se recibieron 430 mil 233 votos, de una lista nominal de 1 millón 52 mil 413 ciudadanos empadronados, que equivalen a un 40 % de participación y el 60 % restante de abstencionismo. La candidata electa obtuvo el 20 % de las preferencias del electorado registrado. Evidentemente una asombrosa minoría. Está ayuna de legitimidad.

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