18 de junio de 2007

Marín, Pacheco y Villeda, al borde del abismo

Su suerte depende del voto de 11 ministros de la Corte, algunos poco confiables
Torrente de especulaciones sobre las causas y consecuencias del proceso

Federico Chilián Orduña

Desde que el magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela Huitrón, en su calidad de presidente del más alto organismo judicial de la República, se confabuló con el ex presidente Vicente Fox Quesada para desaforar a Andrés Manuel López Obrador y retirarlo del cargo de jefe de gobierno del Distrito Federal, puesta en evidencia la confabulación, el prestigio y la credibilidad de la SCJN se hizo añicos.
Recientemente recuperó algo de lo perdido con el dictamen que emitió respecto a la Ley de Radio y Televisión, por medio del cual ya no serán los dueños de Televisa y TV azteca los únicos concesionarios que puedan deliberar sobre el otorgamiento de nuevas concesiones a otros particulares o instituciones; sin embargo, en el ambiente quedó la duda de que habían actuado por consigna del presidente formal Felipe Calderón y se mantiene en el aire la sospecha de que la SCJN no actúa de manera autónoma, apegada 100% a derecho, pese a que el cargo de la presidencia se ha renovado y ahora recae en el magistrado Guillermo I. Ortíz Mayagoitia.
En tales condiciones, el próximo jueves se habrá de reunir el pleno de la SCJN para votar en torno al dictamen que ya les ha presentado la Comisión especial que se nombró para este caso, misma que preside el magistrado Juan N. Silva Meza, de la que forman parte Enrique Escobedo Ángeles, Emma Meza Fonseca y Sergio Alvarado Puente, y en el que se consideró procedente recomendar que el gobernador de Puebla Mario Marín Torres, sea sometido a juicio político en la Cámara de Diputados federal, por ser quien presuntamente encabezó la confabulación que determinó detener de manera irregular a la periodista Lidia Cacho Ribeiro.
Se presume que podrían votar a favor o por la aprobación del dictamen, los magistrados Genaro David Góngora Pimentel, Olga Sánchez Cordero, Fernando Franco González Salas, y en contra Mariano Azuela, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Servio Valls y Margarita Beatriz Luna Ramos. El voto del presidente pudiera hacer la diferencia o aumentarla en caso de que alguna de las partes tuviera más de 6 votos de su lado.
A partir de ayer y hasta el jueves todo lo que se diga en torno a este asunto serán especulaciones; que si se sacrifica al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Guillermo Pacheco Pulido, a la Procuradora General de Justicia, Blanca Laura Villeda Martínez y a la juez Rosa Celia Pérez Camacho, para salvar al gobernador Mario Marín; que si se alargará el proceso para favorecer al PAN y terminar de perjudicar al PRI en tiempos pre-electorales; que si Felipe Calderón acabó por traicionar a Mario Marín, a quien de alguna manera le debe la presidencia de la República, puesto que el PAN de manera insólita ganó las elecciones en la entidad poblana, luego de que Manuel Espino ordenó a los panistas dejar de hablar del caso Marín-Cacho; que si este movimiento sólo busca legitimar a Calderón; que si van a terminar negociando o matándose entre sí los involucrados; que si Marín se fuga, se entrega o se defiende, nada hay de cierto hasta el momento, todo son especulaciones. Por lo pronto, los priístas cierran filas en torno a Mario Marín, los panistas bailan la danza de los caníbales, los perredistas dividen sus opiniones, unos apuestan a la caída, otros a la permanencia y otros a la expectativa, todos quisieran saber qué va a suceder, pero eso sólo lo saben los magistrados de la Corte que dizque por una “corta” hacen lo que les pidan.