21 de junio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

24ª parte
Hugo Pardo
Uno de los cinco amigos que me leen, me contó una película árabe y me preguntó por qué no hablaba también del Corán, siendo que en los países donde se le rinde culto como aquí a la Biblia, la discriminación hacia las mujeres es verdaderamente terrorífica.
Otro amigo de los mismos cinco, me comento que en todo este trayecto sólo me he ocupado del Antiguo Testamento, cuando que la base de la religión cristiana está en el Nuevo Testamento y no en el Antiguo.
Les respondo, al primero, que vivimos en un país donde el 90% de la población es cristiana o católica, y de ese 90%, seguramente ni el 1% ha leído la Biblia, porque profesan su religión por inercia, por herencia, por conveniencia o por cualquier motivo, pero no por conocimiento y convicción, y lo reto a que me desmienta.
Al segundo, le digo que el Nuevo Testamento en esencia es el gran chantaje del terrorífico Dios que ya nos habían presentado en el Antiguo. Tan sólo vayamos a la oferta principal planteada en el Libro del Evangelio según San Juan, Capítulo 3 Versículo 16, que a la letra dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna”, y que es el epicentro de toda la fe cristiana.
Qué bueno que vivimos en México, y en esta lógica ya el 90% tiene su boleto al paraíso, pero si consideramos a la población de todo el mundo, donde habemos al menos 6 mil millones de seres humanos, de los cuales sólo 1, 200 millones, son cristianos y/o católicos, quiere decir que 4 de 5 seres humanos “nos vamos a perder”, lo que significa que arderemos eternamente en las llamas del infierno.
Es lo mismo que hacen esos periodistas chantajistas cuando se acercan a un político y le dicen algo así como: “yo lo estimo, por eso me sacrifico y le traigo esta información antes de publicarla, si usted me da x cantidad de dinero, usted se salva y no hay pedo en el ejido, no la publico, si no, aténgase a las consecuencias”. Si el político es corrupto y teme al escándalo, seguramente negociará con tal de “salvarse”, pero si la información que se maneja es falsa, lo más probable es que se la revire y le responda, haga usted lo que crea conveniente.
Si al periodista le dieron lo que pidió o le hicieron una rebaja, es probable que después se lo cuente a otro colega y este a su vez le caiga al mismo político, y así vivirá todo el tiempo dándole su “chayote” o su “embute” o como quiera usted llamarle a esa dádiva graciosa que otorgan los políticos a los periodistas a cambio de no “pegarles”.
Yo francamente no creo en dioses chantajistas, y pienso que todas las religiones, cristianismo, islamismo, judaísmo, shintoismo, mazdeísmo, budismo, etc., etc. las ha inventado el hombre para explicarse lo que no entiende, el llamado pensamiento mágico y con ello controlar y “guiar” a sus semejantes. Por eso no profeso ninguna. Si me quieren poner una etiqueta, acepto la de librepensador sui generis, porque tampoco encajo del todo en la masonería, si bien tengo muchos “hermanos” que me ven como tal, no los evado, sólo a algunos les explico que ya no es necesaria la escuadra y el compás, porque ahora existen las computadoras y muchos programas para hacer planos, proyectos, dibujos y todo lo que usted quiera.