10 de junio de 2007

La Biblia, esa ridícula fantasía

17ª parte
Hugo Pardo

La semana pasada el contador Manuel Guzmán Pérez, pastor de ovejas cristianas, habló telefónicamente con el director del Diario Transición, para felicitarlo “por la denuncia que escribió contra la gran ramera de Babilonia, la iglesia católica apostólica romana”, solo que, le dijo, “escribiste una verdad en medio de dos mentiras, como un emparedado”, pues le aseguró Guzmán Pérez, que según el Libro de Lucas, sólo a quienes Jesús les abre el entendimiento, son capaces de comprender las sagradas escrituras y lo remitió al Capítulo 24, del versículo 45 en adelante, que a la letra dice: “45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras, 46 y les dijo: -Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas. 49 He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre vosotros. Pero quedaos vosotros en la ciudad hasta que seáis investidos del poder de lo alto. 50 Entonces él los llevó fuera hasta Betania, y alzando sus manos les bendijo. 51 Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos, y era llevado arriba al cielo. 52 Después de haberle adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo; 53 y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios”.
A lo que repuso el “hermano” Chilián, que también le parecía injusto, además de una falacia, que sólo a algunos el señor Jesucristo “les abra el entendimiento” y a otros no. Entonces, repuso Federico, ¿donde queda el libre albedrío y la capacidad de razonar”, tras de lo cual le señaló que Jesús no era el primero ni el único “Dios” que había muerto y resucitado, ni tampoco el único que había nacido de una virgen, y que bien podría verificar en la red de Internet la vida de los dioses Osiris, Atis, Buda y Krishna, y otros más de los que se va a enterar cuando revise la historia griega, egipcia, persa, india, china, maya y azteca, que son vastas y mucho más ricas y originales que la hebrea y la romana. He aquí, lo que extraje de la red:
Similitud de Cristo con divinidades paganas
El dios egipcio Osiris
Su antiquísima iconografía lo muestra crucificado (en cruces, árboles o anclas).
Tenía la capacidad de resucitar.
Sufrió una transfiguración en los montes Taurus, al occidente de donde vivía
El dios frigio Atis
Poseía una doble divinidad, era tanto Dios Padre como Dios Hijo.
Para salvar a la humanidad fue colgado de un árbol; tras su muerte los sacerdotes encontraron su tumba vacía; venció a la muerte tres días después del equinoccio de primavera (aproximadamente el 25 de marzo).
Sus seguidores comieron pan y comida sagrada para recibir el cuerpo de su salvador.
Fue llamado «Buen Pastor», «El Supremo Dios», «El Unigénito Hijo de Dios», «El Salvador».
Hijo de Nana, madre virgen que lo concibió por contacto con una almendra según unos, o con una granada según otros, y no mediante acto sexual obsceno.
El santo indio Buda
Su concepción fue milagrosa: su madre (una de las esposas del rey de Sakya, en la actual Nepal) soñó que un pequeño elefante (con cabeza color rojo rubí y seis cuernos) bajaba del cielo y entraba en su vientre.
Su nacimiento también fue milagroso: no hubo parto, por lo que Siddharta no tocó los genitales de su madre, sino que «surgió» del lado derecho del vientre.
El dios hindú Krishna, de India
Cuando nació, el rey Kamsa mandó matar a todos los kumaras (término de origen sánscrito: ‘muere fácil’, bebés de menos de cinco años) del pueblo de Vrindávan.
Podía resucitar a los muertos.
Al morir ascendió al cielo con su propio cuerpo.