27 de septiembre de 2006

La revolución pacífica en marcha

El movimiento no depende de AMLO ni del PRD, se autogestiona
Recogen sus demandas y las asume el pueblo por su cuenta y riesgo

Federico Chilián Orduña

Tal como lo anunciaron el fin de semana, varios miles de campesinos y obreros de diversas regiones de la entidad marcharon por el centro histórico de la ciudad para exigir que se reduzcan las tarifas que les aplica la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la operación de sus pozos de riego, debido a que se han venido incrementando constantemente en detrimento de su economía, lo cual contrasta con el trato preferencial que les dan a muchas industrias contaminantes que disponen de toda el agua que necesitan y por la cual pagan cantidades irrisorias, en comparación a lo que ellos tienen que pagar a la CFE.
En este sentido, exigen que se cumpla una de las principales propuestas de Andrés Manuel López Obrador, de que se reduzcan los costos de la energía eléctrica, el gas y las gasolinas, especialmente a quienes producen los alimentos de la población que carecen de los apoyos que normalmente reciben los productores agrícolas en Estados Unidos con quienes se han visto obligados a competir en condiciones muy desventajosas, ya que los gobiernos neoliberales de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, han desprotegido el campo mexicano y le han dado todas las preferencias a los productos que vienen del vecino del norte.
Fue precisamente en el 46 aniversario de la nacionalización de la industria eléctrica que decretó el presidente Adolfo López Mateos (el último presidente medianamente respetable que hemos tenido, porque todos sus sucesores han sido unos perfectos sinvergüenzas vendidos a los intereses del gran capital, principalmente norteamericano), que decidieron los campesinos de las regiones de Tepeaca, Tecamachalco, Metepec, Atlixo, Izucar y otras, levantar sus demandas para que el gobierno actúe y responda positivamente.
Varios de los marchistas manifestaron al Diario Transición que su movimiento no está a expensas de lo que haga López Obrador o el PRD, aunque reconocen que votaron él, y desde luego repudian el fraude electoral, pero nos dijeron que ellos se mueven por su cuenta y riesgo, no van a esperar que les den luz verde para manifestar sus demandas al gobierno que se instale, y desde luego, no le van a permitir que venda la CFE al capital transnacional, como lo intenta FECAL y sus secuaces, ni tampoco el petróleo, ni el agua, ni ninguno de los recursos naturales que le pertenecen a la nación, dijeron.
Este movimiento es revolucionario, agregaron, pero pacífico, recalcaron, y ni se van a dejar, ni se van a rajar.