17 de agosto de 2006

Fox y FECAL convocan a que aceptemos sus marranadas

Con llamados a la unidad y a respetar la ley, insisten en que aceptemos el fraude electoral sin chistar
Ambos creen que todos los mexicanos son ingenuos (los que votaron por FECAL), peligrosos (los que votamos por el Peje) y los demás, tontos

Federico Chilián Orduña

Los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón siguen en campaña, tratando de convencer a todos los mexicanos de que ellos tienen las manos limpias, y a cuanto evento público acuden hacen llamados a la concordia, a la unidad, al respeto y a trabajar por México, como si la exigencia de recuento voto por voto casilla por casilla no tuviera razón de ser, fuera una mera rebeldía sin causa, implicara una falta de respeto a las instituciones y los plantones sólo sirvieran para que descansaran los ociosos que siguen a Andrés Manuel López Obrador
De lo que ninguno de los dos se da cuenta es que la inmensa mayoría de los mexicanos están de acuerdo en el recuento, incluso panistas decentes, que los hay, priístas decentes, que también los hay, y gente sin partido, simplemente porque es lo más razonable para disipar dudas y dar paso al nombramiento de un presidente con la legitimidad que se requiere para gobernar tranquilamente.
Pero tanto Fox como FECAL, están plantados en la necedad de que por ningún motivo se van a manifestar a favor del recuento, porque saben, los dos, que FECAL no ganó, que el IFE hizo un monumental fraude electoral, y que esta es la única forma en que podrán instalar en la presidencia al candidato del PAN.
El problema es que si se consuma el fraude y se ratifica el nombramiento de FECAL como presidente “electo”, lo más seguro es que ninguno de los dos pueda ya vivir en paz, a donde quiera que vayan los acompañará el repudio popular, el país será ingobernable, y gente como yo, simplemente, no reconoceremos a FECAL como presidente, por el contrario, será un impostor, un peligroso delincuente, y mientras tenga vida se lo estaré diciendo por todos los medios a mi alcance.
Ya Claudia Sheinbaum demostró que si se anulan las 7 mil 532 casillas en las que se encontraron graves irregularidades, el resultado de la elección le daría la ventaja a López Obrador; pero la alteración de actas, paquetes y boletas fue general, de modo que puede presumirse que a AMLO le robaron un mínimo de tres millones de votos.
Con un fraude de esta magnitud, es imposible que quien lo cometió pueda vivir tranquilo. Por lo pronto ya están en marcha los preparativos para el 1 de septiembre, la presidencia de la República ha colocado tanquetas y preparado a sus efectivos de la Policía Federal “Preventiva”, para reprimir a los manifestantes, y por otro lado, ya están listos millones de mexicanos para expresar consignas de repudio al fraude electoral y algunos nos comentan que ya tienen acumulados huevos y jitomates podridos para lanzarlos a la comitiva presidencial. Ese será el tono “festivo” que acompañe a Fox y FECAL, si persisten en su demencial decisión.