11 de junio de 2006

En el caso de su cuñado, FECAL se lava las manos “limpias”

Federico Chilián Orduña

FeliPILLO Raterón o FECAL, como le llama el pueblo al candidato de la derecha, Felipe Calderón Hinojosa, en su desesperación por deslindarse de los abusos de su cuñado Diego Hildebrando Zavala, le anda poniendo apodos y adjetivos a sus adversarios. A los perredistas que llevaron a su casa de campaña copias fotostáticas de la documentación que demuestra el tráfico de influencias, la evasión fiscal y las contrataciones ilícitas en que incurrió su cuñado, los llamó “payasos”, al próximo presidente le colgó el sambenito de “López Hablador”, y reiteró en tono triunfalista sin morderse la lengua que “va muy arriba en las encuestas”.
Todo lo que ha venido haciendo el “chaparrito, pelón y de lentes”, como lo caracterizó el yunquista que cobra como presidente del PAN, Manuel Espino, refleja la psicopatología que padece FECAL desde que les ganó la contienda interna a los “caballos” “güero” y “negro”, Santiago Creel y Alberto Cárdenas, respectivamente, que había dispuesto Vicente Fox para “seguir por el mismo camino” y darle continuidad a la nefasta política neoliberal que heredó del PRI, siguió aplicando puntualmente, y que al presidente le parece “maravillosa”, aún cuando haya provocado la salida de más de cuatro millones de mexicanos a Estados Unidos, en busca del trabajo que aquí no tienen.
Es evidente que FECAL, más que el Prozac que consume cotidianamente Vicente Fox, necesita un psiquiatra para que lo ubique en la realidad y le aclare que el mentiroso es él, el payaso es él, el hablador es él, y el que va arriba en las encuestas es el otro, el ex jefe de gobierno del Distrito Federal, quien cuando estuvo en el cargo lo calificó un organismo internacional afiliado a la UNESCO como el segundo mejor alcalde del mundo, sólo después de una alcaldesa que gobernó una ciudad de menos de doscientos mil habitantes en Europa; porque FECAL ha basado toda su estrategia de campaña en tratar de desacreditar la gestión de Andrés Manuel López Obrador en la ciudad de México, cuando es allí precisamente donde radica la mayor popularidad del candidato de la coalición Por el Bien de Todos, y nadie puede negar que la población del Distrito Federal es la mejor informada de la República Mexicana.
Ahora FECAL sostiene que no es su papel defender a su cuñado, ni tampoco condenarlo, al igual que Poncio Pilatos, se lava las manos para mantenerlas “limpias” y dice que en el caso de la empresa Hildebrando SA de CV, “ya todo está aclarado”, cuando ha quedado en evidencia su complicidad y luego de aprobar el FOBAPROA, situación que también la niega, como un perfecto defraudador que ya está siendo juzgado por la historia.
De las verdades que niega FECAL y las calificas de mentiras, sólo daré un botón de muestra: FECAL fue secretario de energía del 2 de septiembre de 2003 al 3 de mayo de 2004, y el 7 de noviembre de 2003, su cuñado Diego Hildebrando Zavala, obtuvo un contrato con PEMEX a través de su empresa Meta Data SA de CV, por 1 millón 29 mil 276 pesos. Estos datos se publican en el Diario Oficial de la Federación en las ediciones del 17 de octubre de 2005 y el 6 de enero del 2006; y como estas son una larga lista de atracos al erario cometidos por la dupla de FECAL y su cuñado.
Ninguno de los cinco aspirantes a la presidencia de la República, hay que subrayarlo, ha metido tanto las manos en negocios turbios como FECAL, por eso es el peor de todos ellos. El que menos merece ocuparla, y a quien más hay que investigar para acabar con los privilegios que tienen en la pobreza a la mayoría de los mexicanos.