6 de marzo de 2008

Limpiar la imagen de Marín, gran negocio de Sánchez Galicia

* Gruesas sumas se destinan para publicidad en los grandes medios y se margina a publicaciones independientes

Hugo Pardo Bocanegra

A juzgar por el retraso en el pago de facturas de publicidad a diversos medios informativos, en comparación con lo que la dirección de comunicación social del gobierno del estado, a cargo de Javier Sánchez Galicia (JSG), aplica para las publicaciones oficiales UNIDOS y AVANCES y algunos medios privilegiados de prensa, radio y televisión, se presume que este funcionario se ha estado enriqueciendo de manera meteórica con los recursos públicos destinados a la comunicación social, pues según reza en dichas publicaciones, los gastos para la impresión de las mismas se derivan de la comercialización de espacios, lo cierto es que en ellas, sólo aparece una sola o a lo sumo dos páginas de anuncios de negociaciones privadas, todo lo demás es promoción de las dependencias del gobierno estatal.
¿Cómo le hace JSG para pagar la edición de revistas impresas a todo color en papel couché en la que se involucran desde el licenciado Rafael Quirós Corona (por lo menos hasta el Nº 14), actual director de comunicación social del ayuntamiento que preside la licenciada Blanca Alcalá, hasta el licenciado Ismael Ríos Delgadillo y un largo listado de colaboradores que cobran importantes sumas por sus servicios? La respuesta la dio el mismo JSG a través de un oficio dirigido al director del Diario Transición hace más de un año. Son cantidades millonarias que salen del presupuesto de comunicación social para promover la imagen de que todos los servidores públicos del gobierno estatal están “unidos” en torno a los principios, la ética y la calidad humana que distingue a Mario Marín Torres.
Es el caso que a Diario Transición, que dirige el psicólogo Federico Chilián Orduña, quien obtuvo el premio estatal de periodismo “Froylán C. Manjarrez” en 1978, y el premio internacional de ensayo “Cómo ve la juventud al México de hoy” de Siglo XXI editores, en 1969, le adeudan facturas recibidas y autorizadas desde el mes de julio de 2007, y pese a los ruegos que el director le ha formulado por escrito al servidor público de referencia, este personaje no se ha tomado la molestia de responder los oficios que muy comedidos y respetuosos le ha dirigido nuestro director.
Ninguna institución de crédito, comercio, prestador de servicios o empresa de cualquier tipo, nadie que viva de su trabajo se puede dar el lujo de permitir demoras de más de ocho meses en los pagos, sin que esto cause algún tipo de interés moratorio. Sólo el señor JSG, con lujo de displicencia se permite a sí mismo estos retrasos, porque sabe que nadie le fiscaliza su labor, el contralor Víctor Manuel Sánchez Ruíz, ni lo toma en cuenta para verificar sus movimientos, y como arriba de JSG sólo está el jefe del ejecutivo, siempre tan ocupado en otros asuntos, JSG se despacha con la cuchara grande en agravio de la prensa independiente. Es la mecánica nacional tradicional: “no me den, nomás pónganme donde hay”.
Probablemente esté esperando JSG que Federico Chilián Orduña, se plante frente a Casa Aguayo con megáfono en mano, grandes carteles, periódicos en mano y exija por enésima vez respeto a la libertad de expresión, respeto a los compromisos contraídos, respeto al derecho ajeno. Lo cual no es nada difícil que suceda, no sería la primera ocasión en que así procediera nuestro director, de hecho, desde que se fundó en 1969 la preparatoria popular “Emiliano Zapata” de la UAP, de cuyos maestros fue el coordinador, Federico Chilián Orduña ha sido un luchador social al lado de los sectores más necesitados de la sociedad. JSG tal vez ignore que dicha preparatoria se formó para darle una opción a los estudiantes que fueron rechazados de las preparatorias “Benito Juárez” de la UAP, y uno de los alumnos que así pudo hacer su bachillerato fue el ahora gobernador Mario Marín Torres.

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